Creemos que en coyunturas como este domingo, 23 de julio, en la que los españoles tenemos afortunadamente otra cita democrática en las urnas y que de ella surgirá un nuevo gobierno, de continuación del actual o de cambio de línea politica, que tendrá una significación y eficacia directa sobre todos los ámbitos de nuestra sociedad.

Y es que, obviando el voto a unos o a otros, deseamos y proponemos, al nuevo gobierno, de derecha o izquierda, que por favor no se olvide de nuestro ámbito alimentario y gastronómico. Todo depende de la forma de gobernarnos
Desde luego siempre hay protestas y gentes que apoyan las disposiciones y leyes que disponen y corresponden al gobierno. No es cuestión política el fondo de esta petición.
Es simplemente, que sea quien fuere el que a partir del lunes haya ganado y pueda formar gobierno como corresponde a una democracia parlamentaria como la nuestra., tenga en cuenta a nuestro sector agroalimentario, escuche con atención a las bases desde el sector primario a los grandes exportadores. Nosotros solo queremos hacer hincapie en todo lo que afecte a nuestro ámbito.
Así lo hicimos hace 4 años y no ha sido así, hubo muchas medidas contradictorias donde más que ver el provecho, salud y futuro de los sectores correspondientes, se tomaron medidas, sectarias, politizadas, ideológicas sin, muchas veces, contar con la concordia, o al menos haber consultado a las partes.

Es es el caso de la caza y ganadería donde se eligió a un responsable ‘animalista’, opositor activo a todo lo relacionado con ello, con una ley ‘ideóloga’ demencial donde todos las partes implicadas están en desacuerdo. O un ministro de comercio más centrado y dependiente en las recomendaciones buenistas de los sectores progresistas de entidades externas de despachos y salones que de los verdaderos problemas de su sector, atendiendo a los que están en primera línea, agricultores, ganaderos o pescaderos.
Por no decir una Administración, llamada progresista, que se centra en medidas autoritarias e impositivas, más que en apoyar y solucionar al sector primario agroindustrial y autónomo.O en demonizar, por perjuicios ideológicos políticos antiempresariales, a los grandes ceos de distribuidores alimenticios, en vez de consensuar con ellos.
En fin que, gane quien gane, derecha o izquierda, lo que se haga beneficie al sector, fuera de sus preferencias e ideas políticas, y afecte a buscar soluciones acordadas en un pacto nacional sin vueltas a atrás vetustas o buenismo servil a sectores administrativos institucional a supranacionales que nadie ha votado.

Que se cuente con gentes del propio campo, para todo lo relacionado con ellos, como es el caso de destrozar con molinos antiestéticos y perjudiciales en cantidades abusivas, que destrozan una comarca, en especial aragoneses, convirtiendo en rentistas ‘apesebrados’ a sus habitantes, restando u olvidando los factores productivos atávicos de la región.
Por supuesto que la modernidad y la ecología e, en parte, el futuro, pero pactado a la velocidad y análisis conjunto entre las partes. Agroresidentes productivos o no, administraciones y consumidores.
Por supuesto que tampoco queremos ni deseamos un aislamiento de lo que no sea europeo, no. Ya tuvimos una triste y pobre autarquía en la pasada dictadura.

Todo en su medida. Productos marroquíes, argelinos, brasileños o chinos, si, pero si tienen los mismos cánones y exigencias cualitativas y legales que se aplican al español europeo.
Lo mismo en otros sectores.
Hacer España, Crear riqueza y vender una España alimenticia de calidad debería ser uno de los principales objetivos del nuevo gobierno.
No es El Trotamanteles una página política pero nos preocupa todo aquello que afecte a nuestra alimentación, cocina y gastronomía y por ello escribimos está nota.
El Trotamanteles
