BODEGAS EMILIO MORO TE ACERCA SU MOMENTO MÁS ESPECIAL DEL AÑO, LA VENDIMIA

por Celso Vázquez

por Celso Vázquez Manzanares

PHOTOGENIC/PABLO REQUEJO. BODEGAS EMILIO MORO, PAGO DE VALDERRAMIRO

Con los meses de septiembre y octubre llega el otoño y con él, la recolección de la uva. La vendimia es la encargada de cerrar la temporada de cultivo de la vid, y tras todo un año de trabajo, Bodegas Emilio Moro une historia, tradición, calidad y gastronomía en la fiesta de la vendimia para celebrar la cosecha y agradecer el trabajo de todo su equipo.

La bodega ubicada en Pesquera de Duero, que cuenta con 11 referencias en el mercado y ha conquistado más de 70 países, celebra el fin de la vendimia poniendo en valor el esfuerzo, el tesón y la dedicación con la que los viticultores, auxiliares de campo, auxiliares de bodega y equipo técnico, entre otros, han trabajado durante esta campaña.

La familia Moro tiene como objetivo la búsqueda de la excelencia, la mejora constante de la calidad de sus productos y enamorar a sus clientes, pero si algo tienen claro es que sus mejores embajadores son sus colaboradores, los que acuden a la bodega cada día a dar lo mejor de sí mismos compartiendo ese objetivo.

Por este motivo, destacan la figura de todos los implicados en forma de una serie de vídeos, publicados en su página web, a través de los cuales los usuarios pueden descubrir todos los detalles sobre el proceso de la vendimia. Varios de los trabajadores de la bodega cuentan en primera persona su experiencia y desvelan las particularidades de uno de los momentos más importantes para una bodega.

2022, un año atípico de análisis y aprendizaje

La climatología es un factor que afecta significativamente al desarrollo de la vid, siendo, después de la variedad, el factor que más determina la personalidad de la uva. En este sentido, Álvaro Maestro, director técnico de Bodegas Emilio Moro, destaca lo particular que ha sido la añada 2022. “El año comenzó con unas condiciones normales, típicas de Ribera del Duero. Fue ya avanzada la primavera, coincidiendo con el cuajado de la flor, cuando tuvieron lugar los primeros episodios de olas de calor dando como resultado uno de los finales de primavera e inicios de verano más cálidos que se recuerdan”. A las altas temperaturas, que durante los meses de agosto y septiembre recuperaron valores más típicos de la zona, se sumó la escasez de agua.

Con el comienzo del verano, las lluvias desaparecieron casi por completo durante más de 90 días hasta mediados de agosto cuando “pudimos ver como una gran tormenta nos regaló esa agua que se mostró como el único sustento hídrico con el que pudo contar la vid hasta su recolección, ya que, hasta pasadas las vendimias, no volvió a llover”, señala Álvaro Maestro.

A pesar de las altas temperaturas y la escasez de lluvia, en Bodegas Emilio Moro se consideran privilegiados ya que la mayor parte de sus viñedos se encuentran en el páramo, una zona donde la temperatura media es menor y las características de sus suelos facilitan el balance hídrico. “2022 ha sido un año cálido y seco donde el factor parcela ha sido determinante”, explica Maestro. “Cuando el clima es limitante la composición del suelo, la altitud, la edad de la viña se convierten en factores determinantes que marcan la buena maduración o no del fruto”.

En Bodegas Emilio Moro se ha trabajado para determinar el momento perfecto para vendimiar aprovechado cada oportunidad, pudiendo celebrar finalmente un gran año en cuanto a calidad, concentración, carácter y personalidad. “Podemos decir que, en cuanto a cantidad, 2022 no ha sido muy generoso, pero nos hemos centrado en nuestro objetivo fundamental, que es ofrecer un vino excelente, y podemos decir que lo hemos logrado”, celebra Álvaro Maestro.

Junto a Álvaro Maestro, son muchas las personas implicadas en este duro, pero gratificante proceso. La vendimia es el momento clave en el que se descubre el resultado de la evolución de los viñedos. Adrenalina, curiosidad, nervios y ganas afloran entre las personas que lo protagonizan y esperan con ilusión que llegue porque, como ellos mismos dicen “es una nueva oportunidad para hacer historia con nuestros vinos”.

BODEGAS EMILIO MORO

El origen de la bodega se remonta a 1891, año de nacimiento, don Emilio Moro, de la primera generación, en Pesquera de Duero (Valladolid), enclave privilegiado de la Ribera de Duero rodeado de viñedos. Emilio Moro, abuelo de los actuales propietarios, enseñó a su hijo el amor por el vino, y este, a su vez, lo transmitió a sus hijos. Actualmente es la tercera generación la que se hace cargo de la bodega que posee unas 300 hectáreas de viñedo propio. La gama de vinos engloba Finca Resalso, que recibe su nombre del viñedo que se plantó cuando nació Emilio Moro, padre de la tercera generación; Emilio Moro, buque insignia de la bodega; Emilio Moro: Vendimia Seleccionada, un tempranillo para cuya elaboración se tienen en cuenta los aspectos más representativos de cada añada; La Felisa, su vino ecológico y sin sulfitos añadidos. Completan sus referencias la gama de Malleolus: Malleolus, Malleolus de Sanchomartín y Malleolus de Valderramiro, que reciben el nombre en honor a los viñedos más antiguos de la bodega y Clon de la Familia, máxima expresión de la variedad Tempranillo y de los tres tipos de suelo de la Ribera del Duero: pedregoso, arcilloso y calizo. Bodegas Emilio Moro, además, comenzó su proyecto en 2016 en El Bierzo donde, con ya más de 50 hectáreas en propiedad, elabora blancos 100% godello: Polvorete, El Zarzal y La Revelía.

Web: www.emiliomoro.com

Tienda online: https://www.emiliomoro.com/tienda/

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