Aunque admite que todavía le quedan algunos lugares y algunos platos por probar y que lo hará de manera espaciada, el gastrónomo avilesino Carlos Guardado (“gastrópata” como le gusta definirse personalmente”) culminó la semana pasada en la ciudad vascofrancesa de Ahetze su “ruta del bonito del Cantábrico”, empeño al que se ha entregado a lo largo de los últimos meses degustando diversas preparaciones del preciado túnido en docenas de restaurantes para poner en valor este tesoro de nuestro litoral.
Y como colofón de oro de dicha ruta, el pasado martes 8 de agosto, Guardado visitó la ciudad de Donostia – San Sebastián para degustar dos preparaciones de bonito en Gaztelubide, la más prestigiosa de las sociedades gastronómicas donostiarras, y lo hizo, además, de la mano de Javier Arbizu, socio y cocinero “oficioso” de dicha sociedad.
Carlos Arbizu es conocido en su entorno y más allá por haber sido durante varios años el cocinero de la Selección Española de fútbol y el pasado martes demostró su valía culinaria al preparar el bonito de dos maneras diferentes: bañado en una salsa de piquillos y nata y como “marmitako”, acompañado de patatas, pan y pimientos. Ambas preparaciones resultaron, en palabras de guardado, “exquisitas”, aunque el inquieto avilesino destaca la primera de ellas que le recordó, afirma, al “pollo marino”, una receta que se recoge en el libro “La mar de recetas y un bonito” publicado este año por la Cofradía del Bonito del Norte de Colindres. “Javier Arbizu lo preparó de una manera similar, solo que al añadir nata, mantequilla y yemas de huevo a la salsa, le añadió una cremosidad extraordinaria”.
La comida finalizó con un postre elaborado también por Javier Arbizu que no tuvo nada que ver en esta ocasión con el bonito pero que, considera guardado, “resultó igualmente un deleite: unos impecables melocotones al vino tinto”. Acompañaron a Guardado en su degustación, además del propio Arbizu, el Presidente de la Federación de Cofradías Gastronómicas Juan Manuel Garmendia, el Presidente de la Casa de Castilla La Mancha en San Sebastián Alfredo Medina y el periodista gastronómico Josema Azpeitia.
«PINTXO» PREVIO EN EL BAR BERGARA
Previamente a la comida en Gaztelubide, Carlos Guardado tuvo ocasión de probar otra preparación de bonito, esta vez en forma de “pintxo”, en uno de los más reputados bares de cocina en miniatura de la villa, el Bergara del barrio de Gros. Allí, el asturiano optó por el “Donostiarra”, un bocado clásico servido sobre una rebanada de pan tostado y compuesto por ventresca de bonito del norte en conserva, guindillas de Ibarra, anchoa en salazón, cebolleta, orégano y una ligera mayonesa. “Una auténtica delicia en un bar entrañable” afirma el “gastrópata”.