Conocí a don José María Suárez, en 1981 cuando empecé a distribuir productos artesanos de España, en un hotel que había en la calle Alcalá al lado del Casino de Madrid, de nombre asturiano, donde se hospedada en sus viajes a Madrid, desde su Oviedo. Quería verme pues ahabia pido hablar de mi labor y quería enseñarme un preparado suyo y un producto asturiano.
El segundo era un tocino de cielo de Tineo, y el primero era un paquete al vacío artesanal, con los ingredientes para la fabada, fabes de granja, también de la comarca de Tineo, y el compango típico asturiano, en sus justas proporciones.
Suárez era un señor sesentón, alto, muy elegante, pero sencillo, de pelo canoso, muy serio y amable. Llegamos a un acuerdo y comencé a vender ambos. El tocinillos gustó mucho pero a lis pocos meses el fabricante nombró directamente un distribuidor y lo dejé, pero la fabada fue un gran éxito y la distribuí hasta 1983, en que marché a otras ocupaciones. Pero al montar mi primera tienda ‘Buenos Caldos’ en el Centro Comercial La Vaguada, y después en Buenos Caldos hasta mediados de los 90.
Me contó la historia de su prestigioso establecimiento ovetense, toda una institución comercial en el mismo centro, y referente de tienda Gourmet en Asturias, con la gijonesa ‘Coalla’. La tienda la fundaron, en 1927, sus padres y tomó el nombre de Casa Veneranda, nombre de su madre. Él empezó desde niño en el ultramarinos, empapándose de todo. Inquieto y curioso, cuando se hizó cargo de la tienda, subió la selección de los productos trayendo las más finas Importaciones y los mejores vinos (es un buen cliente, con cupo, de Vega Sicilia, desde los 60), y empezó a buscar productos asturianos artesanales o pequeños empresarios de gran calidad, fabes, chacinas ibérica y regionales, grelos, conservas de pescado y guisos, quesos, etc.
En 1975, hasta se marchó, en un viaje profesional de estudios, a Suiza a ver un invento la máquina de hacer el vacío en bolsas de plástico, cerradas con termosellado. Y adquirió una para Casa Veneranda. Una vez en Oviedo, comenzó a hacer pruebas y al final en asaba ya la fabada preparada en crudo y quesos, también posteriormente el pote asturiano.
Desde entonces no mantuve contactó alguno con Suárez. He de reconocer que me sirvió de ejemplo personal.
Hace una semana, a través de las redes, buscando información de viejos establecimientos, para escribir
«LOS ÚLTIMOS ULTRAMARINOS: ENTRE OLAS, CACAO Y ARENQUES»
https://eltrotamantel.es/los-ultimos-ultramarinos-entre-olas-cacao-y-arenques/ (donde la incluí) leí un artículo sobre Casa Veneranda (que reproducimos después), y evoqué eso tiempos y vivencias y al saber que estaba cerca de cumplir el siglo (97 años) me inspiró para escribir y comunicarlo.
Llamé a Casa Veneranda, buscando información y alguna foto de él, hablé con su nieto, José María, que con su hermana Beatriz, la cuarta generación (la tercera fue, José Enrique, su padre, fallecido apenas con 38 años), llevaba las riendas de la próspera y encomíable tienda gourmet que es Casa Veneranda, todo un edén gastronómico.
Por eso el titular. Per sobre la actualidad de Casa Veneranda, prefiero que lean el artículo citado de ‘La Voz de Asturias’, donde la periodista, Esther Rodríguez, les hace una buena entrevista.
Rafael Rincón JM
«LA HISTÓRICA TIENDA DE OVIEDO QUE ES REFERENTE POR SUS PRODUCTOS «GOURMET»: EL SECRETO DE SU ÉXITO»
«Casa Veneranda abrió sus puertas en los años 20 del siglo pasado. Es a día hoy la cuarta generación de la familia la encargada de regentar este comercio al que acuden los nietos de sus fieles compradores. También venden a otros puntos de nuestro país
Es uno de los comercios más antiguos de la calle Melquíades Álvarez y también de los que más historia tiene en Oviedo. Casa Veneranda abrió sus puertas a principios del siglo XX. Lo hizo de la mano de la persona a quien debe su nombre, Veneranda Fernández, una mujer «muy adelantada a sus tiempos». La ya fallecida rompió con los cánones de una sociedad por aquel entonces dominada por hombres al montar en 1927 su propio negocio. Es a día de hoy la cuarta generación de esta querida familia la encargada de llevar las riendas de esta tienda de alimentación que se ha convertido en todo un referente. No solo en la ciudad, sino también en España. Cuentan con clientes de casi todos los puntos de nuestro país.
Pero, ¿dónde está realmente el secreto del éxito de Casa Veneranda? Para la responsable al frente de este histórico comercio, Beatriz Suárez, la notoriedad radica en la calidad de los productos que ofrecen. «Los clientes confían en nosotros porque saben que les vamos a dar siempre productos de calidad», asegura la ovetense, quien trabaja codo con codo con su hermano José María. Otra de las razones es el trato que ofrecen a todo aquel que se deja caer por la tienda. Como bien decía su abuelo, la distribución de alimentos requiere «unas fuertes dosis de responsabilidad y vocación». «Esa es nuestra filosofía», resalta.
En ese momento, el hijo de Veneranda, José María Suárez, decidió a sus 27 años llevar las riendas de la tienda. «Hizo una redistribución», dejó de servir comida para llevar e incorporó a la oferta nuevos productos de la más alta calidad. Comenzó a vender bebidas y otros alimentos básicos a granel. «Debido a la guerra había escasez de alimentos y tuvo que recurrir al estraperlo para tener suministros para la ciudad», cuenta Beatriz sobre su abuelo, quien siempre que podía viajaba al extranjero para incorporar alguna novedad al comercio.
Fue en un viaje a Suiza en 1975 cuando este «visionario» ovetense se hizo con una máquina de envasar al vacío. «La primera que hubo en Asturias», resalta su nieta. Tras esa adquisición ideó sus famosos paquetes de fabada que llevan los ingredientes necesarios para crear este plato típico asturiano. También inventó los estuches con los alimentos imprescindibles para elaborar el guiso más antiguo de la región, el pote. Unos productos que a día de hoy sus nietos siguen vendiendo y además «mucho».
Ese espíritu innovador también lo han heredado Beatriz y José María. Los dos hermanos, que una vez finalizados sus estudios empezaron a emplearse en el comercio junto con su madre Natividad Fernández —la mujer del nieto de Veneranda pasó a formar parte del negocio al poco tiempo de convertirse en madre—, tratan «siempre» de incorporar algún nuevo producto de calidad a las estanterías de esta emblemática tienda que apenas tiene hueco para nada más.
Desde latas de conservas de todo tipo hasta una gran variedad de legumbres. Harinas, embutidos y quesos, pasando por salsas, mermeladas y aquellas elaboraciones dulces como los carajitos, las casadiellas o los tocinillos del cielo, conforman la oferta. Cuentan además con una amplia gama de vinos y sidras, además de una importante selección de cafés. «Lo tenemos en grano, pero molemos aquí al momento y se tuesta semanalmente», detalla Beatriz.
«Procuramos tener todo tipo de alimentos, siempre de la máxima calidad y a poder ser sin conservantes. Apostamos principalmente por aquellos productos de nuestra región pero también traemos cosas de fuera. Nuestra especialidad son los ibéricos de bellota cien por cien; nosotros personalmente vamos a escoger el jamón y el embutido a la fábrica», cuenta la tendera, que también suele ir con su hermano a las ferias en busca de alguna «novedad» con la que sorprender a sus clientes.
La tercera generación de clientes
El ofrecer productos gourmet, es decir, de la mayor calidad y además con el mejor trato posible, permite a Casa Veneranda contar con una fiel clientela. «Por desgracia, muchos de ellos se van muriendo, pero sí que es verdad que los nietos de esas generaciones ya vienen a comprar. Muchas familias de Oviedo siguen confiando en nosotros y tenemos muchísimos clientes que cada vez que hacen un viaje a la ciudad siempre pasan por aquí», señala.
Los turistas también se dejan caer por este establecimiento que dispone de página web y desde hace unos cuantos años vende a toda España. «Recibimos muchos encargos y eso que no potenciamos esta herramienta», asegura Beatriz. En Casa Veneranda realmente dan «prioridad» a la venta directa. «Sí que es verdad que de esta manera tenemos la tienda abierta las 24 horas del día, los siete días de la semana. Es además otra forma de que la gente conozca nuestros productos y también es otra vía de ingresos, que hoy en día es muy importante», confiesa.
Así es como la cuarta generación de la familia mantiene con más vida que nunca un negocio que se ha convertido en seña de identidad de la capital asturiana. Los hermanos Suárez Fernández no piensan en la jubilación, sino en continuar con su labor al frente de la tienda. «Vamos día a día. Evidentemente, siempre hay que tener alguna previsión pero en este tipo de comercio y con los tiempos que corren no se puede mirar a largo plazo», asegura Beatriz. Pendiente a los detalles y cuidando con mimo a los clientes, esta ovetense seguirá junto con su hermano escribiendo capítulos de la historia de Casa Veneranda».
de Esther Rodríguez en La Voz de Asturias.