por Celso Vázquez Manzanares
Madrid se prepara para volver a disfrutar de su verbena y lucir sus mejores galas para celebrar la festividad de su patrón San Isidro. Las Vistillas y la pradera volverán a poblarse de castizas y chulapos que han desempolvado sus parpusas, pañuelos, mantones y vestidos chiné para disfrutar de este puente y buen momento para degustar postres y platos típicos de la gastronomía madrileña. Aquí os dejamos algunas ideas para celebrar un San Isidro gastronómico.
Variedad de opciones para elegir es lo que encontrarás si te acercas al Food Hall de Galería Canalejas (c/Alcalá, 12), que ha preparado su propia verbena en San Isidro y permite escoger entre las diversas propuestas de sus 13 restaurantes (DBellota, Salvaje, St. James, Le Petit Dim Sum, entre otros). Además, los visitantes recibirán un clavel para festejar las fiestas madrileñas en el espacio, donde no faltará el barquillero con sus castizos barquillos, ni el tradicional organillo que le acompaña. Además, la pastelería El Goloso hace un ‘guiño’ a los icónicos caramelos de violeta con una elaboración de sus bombones de chocolate blanco con violeta.
Y como no hay Madrid sin cocido, en esta ocasión el icónico Café de Oriente (Plaza de Oriente, 2), de la mano de la ‘maison’ Bollinger, propone un maridaje de este típico plato madrileño con champán con espectaculares vistas al Palacio Real. Así, el chef Roberto Hierro ha creado una original propuesta ‘sur-mesure’ para maridar con Bollinger, donde el principal protagonista será el cocido servido en tres vuelcos, donde no faltará una versionada sopa con sus fideos finos o los garbanzos de Fuentesaúco, patatas de Valderredible, repollo rehogado y zanahorias tiernas con su bola de miga de pan especiada y cocida en caldo y un tercer vuelco compuesto por una selección de las mejores carnes. Todo acompañado de una botella de champán y para rematar el menú: una torrija con helado de madroño.
¿Quién se puede resistir en estas fechas a no disfrutar de un bocadillo de calamares? En Manero Claudio Coello (c/Claudio Cuello, 3), el proyecto del empresario Carlos Bosch, podrás disfrutar de un bocado premium compuesto de calamares seleccionados servidos en un delicioso mollete de antequera con una suave mayonesa de lima. Y si estás en el centro, disfrutando de las verbenas castizas y las Vistillas, este bocado también está disponible en Mar Mía, el restaurante de Bosch junto a Rafa Zafra (Estimar) y Casa Elías, ubicado en el hotel Ocean Drive Madrid (Pza. Isabel II, 7).
Por su parte, el chef Hernán González, ex Viridiana, ha diseñado en Barco7, La Burbujería (c/del Barco, 7), un menú especial que homenajea a Madrid y que gira en torno a la casquería. Una propuesta, que estará armonizado con espumosos de la casa Torelló, que incluye algunos ‘hits’ de la casa como la lengua tonnata con piparras y cebollitas glaseadas al vino tinto junto con callos a la madrileña o cresta de gallo frita con guacamole y fresón de Aranjuez, entre otros.
Para los paladares más castizos otra recomendación es hacer una parada en Prístino (c/Eduardo Dato, 8), donde degustar de algunos de los platos más icónicos de la gastronomía madrileña, como unos torreznos con patatas revolconas, su ensaladilla, pero sobre todo disfrutar de sus callos con morro y pata.
Y otra sugerencia es disfrutar en este puente de MaridaDos de Mahou, donde una docena de restaurantes de tendencia de Madrid como NOI, Santerra, Asiako, Nado, Arima, Florida Park o Treze, entre otros, acogerán experiencias gastro-cerveceras creadas para la ocasión por los chefs y los ‘beer sommeliers’ de la cervecera madrileña para disfrutar de estas fiestas castizas.
Para aquellos que quieran disfrutar en estos días festivos de un tapeo y un cóctel con buenas vistas de Madrid, una sugerencia es acercarse a la terraza ‘Nice to meet you Restaurant & Lounge’, situada en la zona más alta de Dear Hotel (c/Gran Vía, 80), donde observar de las mejores panorámicas de la ciudad.
Muy cerca de allí también merece una parada La Terraza del Santo Domingo (c/San Bernardo, 1), donde maridar sus vistas panorámicas 360º de Madrid en su azotea con uno de los platos típicos de este mes como es el rabo de toro, donde degustar sus raviolis de rabo de toro con patata violeta confitada y hummus de garbanzo.
Otro clásico de la restauración madrileña como Zalacaín (c/Álvarez de Baena, 4), templo gastronómico de la capital, ofrece estos días a sus comensales uno de sus clásicos, sus callos, un imprescindible de su carta y que han sido reconocidos como los mejores del mundo en 2021. Una receta que sigue la elaboración más tradicional, donde aparte de la selección y el equilibrio de ingredientes (60% de tripa, 20% de pata y 20% de morro), manda el tiempo, ya que tardan dos días en ser cocinados.
ROSQUILLAS DEL SANTO ¿TONTAS O LISTAS?
Pero en estos días, si hay un dulce típico en San Isidro que no debe faltar en ninguna de las mesas son las rosquillas del santo. Las listas, las tontas o las Santa Clara se pueden ya encontrar en la pastelería La Mallorquina, donde mantienen la esencia de la clásica receta y se elaboran las tres versiones a partir de una base de masa de anís y un acabado diferente, bañadas una a una y horneadas en su obrador.
Otro clásico de la pastelería madrileña, como es Mallorca, llena ya sus vitrinas de rosquillas de San Isidro, el dulce castizo más típico de la capital que recrea el sabor del verdadero Madrid, donde degustar cualquiera de sus tres versiones: lisas, tontas o Santa Clara.
También en La Magdalena de Proust han encendido ya sus fogones para ofrecer estas rosquillas, las tontas -sin glaseado alguno-, las listas, cubiertas de un baño de azúcar, las limón, con un característico color amarillo o las de Santa Clara, que se sirven cubiertas de merengue seco blanco. Todas ellas elaboradas de forma artesana, respetando los métodos más tradicionales y que están hechas a base de harinas ecológicas y productos de proximidad, como los huevos provenientes de granjas de Segovia.
Igualmente, si en Media Ración (c/de la Beneficiencia, 15) ya se hace cada día un homenaje a la cocina madrileña, donde no hay que perderse sus callos o su ensaladilla, en estos días la brasserie castiza ofrece al comensal que se acerque a disfrutar de sus propuestas las Rosquillas de Alcalá, elaboradas con hojaldre, azúcar y yema de huevo.
Por su parte, La Hermosita apuesta por la innovación y la vanguardia en las clásicas rosquillas del Santo, donde, además de las conocidas Tontas, Listas, Francesas y de Santa Clara, han creado unas especiales, las Chulapas, que sorprenden con una delicada cobertura glaseada de fresa y una decoración a base de chocolate blanco, como la bandera de la ciudad.