Se suele decir:
«Dormirse en los laureles».
«El que planta un laurel, nunca lo verá crecer».
«Nada lástima más a los laureles de la vida que dormirse en ellos».
El laurel (Laurus nobilis) es una especie de planta (árbol de hasta 10 metros) perenne de la familia de las lauráceas, originaria de la región del mar Mediterráneo y desde tiempos inmemoriales sus hojas son utilizadas para remedios y en la cocina.
Mitología
Dicha distinción provenía de la leyenda de la mitología griega en la que Dafne fue transformada en un laurel y pasó a convertirse en el símbolo más preciado de distinción que se le entregaba a las personas más relevantes (el mito aparece explicado en el Libro I del poema ‘Las metamorfosis’, terminada en el año 8 a.C., y en la que a lo largo de quince libros el poeta romano Ovidio hacía un repaso a la Historia del mundo).
Era tal el valor simbólico que tenían estas coronas de laurel que incluso algunos líderes y emperadores se las auto otorgaban y las llevaban puestas en su cabeza.
Qué y cómo es
El Laurel común es el normal, el de toda la vida. Proviene de la planta Laurus Nobilis y es el que se utiliza normalmente para cocinar. Esta variedad es la que es popular históricamente como emblema de victoria y de éxito desde la antigüedad.
Es y no es, en sí, una especia, culinariamente se emplean las hojas, y está en nuestra cocina más antigua y atávica. Desde luego por sus propiedades como especia, la hoja del laurel común es la que mejores cualidades culinarias posee. Destaca su gran sabor, con toques amargos, y un aroma muy agradable y exquisito.
Crece por todo el Mediterráneo, de donde es originario, aunque en la actualidad se puede encontrar en casi cualquier punto del planeta, ya que sus condiciones le permiten aclimatarse muy bien a cualquier territorio.
Descripción
El laurel común ( hay otros tipos y parecidos como el laurel canario, el chileno o el ciruelo laurel) es un árbol dioico perennifolio de 5-10 m de altura, de tronco recto con la corteza gris y la copa densa, oscura, con hojas azuladas, alternas, lanceoladas u oblongo-lanceoladas, de consistencia algo coriácea, aromáticas, con el borde en ocasiones algo ondulado. Tienen ápice, punta, agudo y base atenuada. Tiene flores maslinas y femeninas, que producen una semilla única de 9 por 6,5 mm, lisa. Madura a principios de otoño.
Etimología
Laurel es el origen de los vocablos castellanos «laureado» y «bachiller», este último del latín baccalaureatus, donde aparece laureatus, que ha recibido los «laureles» de su título académico.
Historia
El laurel fue considerada ya en la antigua Grecia y antes en Mesopotamia y Egipto, como una planta de uso medicinal y culinario.
Los Griegos le otorgaron el rango de planta consagrada (al dios Apolo), específica como símbolo de triunfo, victoria, culto o señal de gloria para ponerla sobre la cabeza del jefe homenajeado y victorioso.
Costumbre que copiaron los romanos y que se ha mantenido hasta nuestros días, tanto en el campo militar como en el universitario. Bachillerato proviene de él, ya que viene del sufijo -ato (institución social, cargo) sobre la palabra «bachiller» y esta del latín baccalaureatus = «laureado»
Uso en cocina
El laurel es un ingrediente habitual en muchos platos. Aunque se puede encontrar fresco, es más fácil encontrar hojas de laurel secas.
Aunque no es muy común encontrar el laurel fresco, siempre es necesario tener en cuenta que su sabor, balsámico, a eucalipto es mucho más potente cuando está fresco que cuando las hojas están secas. Así, el laurel fresco va mucho mejor cuando se usa en postres, aportando un toque de frescura.
Se usan para aromatizar sopas, guisos y salsas, pero no es comestible y hay que retirarlas antes de servirlas porque tienen un sabor amargo desagradable.
Se emplea con muchos platos, en estofados como ragús de carne y caza, en legumbres especialmente en lentejas, en pescados asados, en sopas y es muy agradable y común añadirlo a la olla a la hora de cocer mariscos crustáceos.
Aparte de los usos culinarios, los investigadores también han estudiado el laurel por sus posibles beneficios para la salud.
Cualidades benéficas
En la medicina tradicional, las hojas de laurel se han usado para:
Puede ayudar a aliviar los cólicos, los problemas estomacales y a eliminar los gases intestinales, combatiendo así la aerofagia.
Es analgésico.
Es relajante y puede favorecer el sueño, calmar el nerviosismo y el estrés y aliviar el síndrome premenstrual.
El laurel es astringente y, por tanto, excelente para la diarrea.
Puede ayudar con los dolores reumáticos y articulares, y para los enfermos de artritis.
Es bueno para la vista porque es rico en vitamina A.
El laurel es un antioxidante que combate los radicales libres.
Puede ayudar a limpiar los riñones, controlar la presión arterial.
Ayuda con el mal aliento.
Consulta siempre con tu médico antes de comenzar a tratar cualquier afección o enfermedad con remedios naturales.
Aceite esencial de Laurel
Se usa con fines curativos y cosméticos por sus innumerables propiedades.
Antiviral, antiinfeccioso, antiinflamatorio, equilibrante, digestivo, relajante. Se usa para hacer diversos productos naturales, entre ellos el famoso jabón de Alepo, de origen sirio. El jabón se elabora mezclando el aceite esencial con aceite de oliva, hidróxido de sodio y agua.
Su té
El té de laurel sirve para controlar el colesterol y también tiene beneficios cardiovasculares. El té de laurel es una bebida buena para el corazón y para los vasos sanguíneos, debido a sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Además, disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno. Al consumir laurel, se aumenta la cantidad de melatonina en el cuerpo, por lo que la calidad del tu sueño mejorará.
La adivinación mediante hojas de laurel se llama Dafnomancia.
Toxicidad
Como sucede igualmente en otras especias, la ingesta de hojas de laurel en exceso llega a ser tóxica. Si su uso es moderado, el laurel no es tóxico.
Cultivo
Se puede propagar por semillas (propagación sexual) y por esquejes (propagación agámica, asexual, también llamada multiplicación).
El laurel es planta poco exigente en suelos, aunque va mejor en aquellos sueltos y frescos. Soporta muy bien la poda y es sensible a parásitos que suelen poblarla, algunos de los más comunes son:
Enemigos.
Las cochinillas son su principal enemigo (el 90 % de los laureles las portan). Sobre la melaza que secretan éstas, se asienta el hongo negrilla, que más que daño a la planta la afea mucho.
La sila (Trioza alacris), una plaga que produce síntomas llamativos. Las hojas aparecen arrugadas como consecuencia de las picaduras de este pequeño insecto chupador. Es difícil ver al causante del mal puesto que no permanece estático en la hoja.
Y los pulgones.
Fuera de las regiones de clima mediterráneo, es muy sensible a las heladas.
Rafael Rincón JM.
