«De titulares y estudios, seudoencuestas y lobbys de presión».

Muchos, yo entre ellos, tenía entendido que el queso es un gran alimento, que nutre bien, sacia, calma hambres, sacia y puede que calme nuestro organismo. Todos los turófilos (amantes del queso) sabemos que en el desayuno un poco de queso tiene un gran efecto de satisfacción (como un ‘chute’ de energía) o la agradable sensación que sentimos, algunos, después de beber un vaso de leche templada antes de ir a dormir. Calma.
¡¡Pero de ahí a compáralo con la heroína!!
Sirva como ejemplo, una noticia que leí, en 2019, en el Norte de Castilla que confirmaba que incluso puede causar adicción, como en el caso de las pizzas.
Cuentan que, al menos, lo sujetan en uno de esos estudios universitarios que bien ‘cocinados’ (amañados), dan la respuesta que uno quiere, el que encarga la encuesta (señores del vino, tomen buena nota), así que al menos en este, tomémoslo con simpatía y no con tanto rigor científico, el caso puede ser verdad.

Ahora bien, está claro, es evidente, que el titular del editor busca sensacionalismo, escándalo, llamar la atención por eso es algo mucho atrevido, complicado de asumir o comprender a la primera lectura. Por lo menos para los que no hemos tomado, ni metido, ni esnifado sustancias como cocaína, heroína o la morfina, en la vida, todo lo más buenos vegueros de Vuelta Abajo, no sabemos cómo es en verdad ese aspecto calmante, sedante … Nos lo imaginamos.
Todo lo contrario sabemos que su consumo es al menos dislocante, por no decir arriesgado, pues el peligro de no tenerla a mano, era lo que si conocíamos, con dramas sociales y riesgo en la calle. Así como la cara de idiota, o bobo inútil que se les quedaba a los consumidores cuando conseguían satisfacerse.
Creo que los periodistas, del Ideal y del Norte de Castilla, y en varios diaríos del norte de España, como El Comercio, y no digamos de las televisiones son meros mensajeros, ignorantes del craso error de crear asociación queso=heroína, bastante fuerte.
No deben de ser amantes del queso o al menos del sector gastronómico.

Se limitan a pasar una nota de prensa de firma borreguil, que proviene de algún lobby sin reparar en lo escrito ni constatarlo, con cierto sensacionalismo.
¿Alguien entiende ese titular como serio en una encuesta a 500 estudiantes, de un lugar determinado, como posible resultado general universal?
De todas formas la noticia es por otra parte positiva, pues admite que el queso es bueno si calma a las fieras que llevamos dentro, cuando acucia el apetito y es un remanso de paz después de haberlo consumido con responsabilidad.
A lo mejor es del lobby quesero…En fin el queso para todo y en todo momento es una de las grandes bendiciones con que la Naturaleza ha premiado al hombre.
Les dejo íntegro el artículo de marras.
Rafael Rincón JM
COMER QUESO PRODUCE UN EFECTO CALMANTE SIMILAR AL DE LA HEROÍNA Y LA MORFINA

Los lácteos contienen una proteína llamada caseína que tiene unos efectos similares a los de los opiáceos durante la digestión. Está demostrado. La adicción a la comida existe.
Un estudio realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Michigan llega a esta conclusión, tras realizar un experimento con 500 estudiantes. Los científicos comprobaron que el alimento más adictivo era la pizza, cuyo principal ingrediente es el queso.(?, Yo creía que era la masa). De la misma forma, constataron que es precisamente el queso uno de los muchos alimentos que producen en el cuerpo efectos similares a los de algunas drogas.
La explicación, agregan, es clara: los lácteos contienen una proteína llamada caseína que tiene unos efectos similares a los de los opiáceos durante la digestión.
El doctor Neal Barnard, presidente del Comité de Médicos por una Medicina Responsable, matiza al respecto que «la caseína se adhiere a los receptores de opiácedos del cerebro, provocando un efecto calmante muy parecido a la manera en que lo hacen la heroína y la morfina», publica El Ideal.

No obstante otro informe, para mí más serio y no alarmista, explica todo esto:
«Aunque el queso tenga férreos detractores, hay que decir que quienes lo amamos somos mayoría, basta con atender a los datos de consumo. En España, cada ciudadano consume, de media, 8 kg de queso al año, aunque esta cifra queda bastante lejos de los 17 kg anuales de los europeos, en general.
Pero, realmente, ¿qué es lo que hace que el queso nos resulte, por lo menos a algunas personas, tan adictivo? La caseína, la proteína más abundante de la leche, y que aparece en el queso en una concentración mayor (como el resto de los componentes). Y, la cuestión es que, durante el proceso de digestión, la caseína se descompone en diferentes sustancias, entre ellas la casomorfina que, tal y como su propio nombre nos sugiere, es una sustancia “similar” a la morfina, lo que convertiría al queso en un alimento potencialmente adictivo.

La casomorfina es una exorfina, que es lo mismo que una endorfina (o péptido opiode endógeno) pero que se genera en nuestro cuerpo como consecuencia de la ingesta de, en este caso, la caseína. Por lo tanto, la casomorfina, posee efectos semejantes a los opioides, pero ¡que no cunda el pánico! El poder adictivo de la casomorfina es más de diez veces inferior al de la morfina, así que no nos generará un problema de adicción, por lo menos no demasiado grave…

Además de la acción adictiva, esta sustancia también genera una agradable sensación de bienestar. El mejor ejemplo de esta sensación placentera lo encontramos en la leche materna y en el bienestar que transmiten los bebés que están mamando o recién amamantados (lo que, por esto lares (Euskadi), llamamos estar “goxo”). Muchas personas siguen recreando esta sensación tomando un vaso de leche templada antes de ir a dormir. Podemos considerar esta acción como un vínculo con nuestra época más temprana».