por Celso Vázquez Manzanares
La muerte, a los 91 años, de este emprendedor coruñés, don César Bonilla, ha causado sensación en toda la ciudad, en Galicia y en el mundo empresarial.
Guillermo César Bonilla Vázquez (Ferrol, 1932) falleció este viernes en A Coruña dejando sin capitán una de las enseñas identidarias de la capital gallega.
La ciudad llora al amable y afable empresario, persona sencilla y frugal, que fue capaz de hacer llegar al mundo uno de los sabores de Galicia envasado en una bolsa o lata de patatas chips.
Con el desaparece una generación de empresarios que de la nada acabaron montando un verdadero emporio, como churrero a nivel local y como freiduria, artesanal e industrial de patatas fritas de aperitivo de primerísima calidad, de lo que fue pionero, con patatas gallegas y aceite de oliva de máxima calidad, investigando en envases y presentaciones consiguiendo que «Bonilla a la Vista» fuese la primera patata chip Premium de España y que pudiese llegar intacta a todos los rincones de la Nación. Y que luego ha sido imitada por muchos.
Como homenaje en El Trotamanteles queremos reproducir el artículo sobre «Bonilla a la Vista» que publicamos en 2014.
UNAS PATATAS FRITAS DE LUJO… «BONILLA A LA VISTA»
Ochenta y un años lleva la familia Bonilla haciendo las delicias de fritas y churros, los gallegos, con sus productos artesanales de máxima calidad. Churros y Patatas fritas.
Estas últimas son en especial su artículo estrella. «Bonilla a la vista», su marca, son las patatas mejor valoradas en las catas, comparativas (un año con otro alternan en los primeros puestos, con las cordobesas de San Nicasio), ver nuestro post de 2.013:
Para lograrlo esta casa familiar selecciona con esmero las mejores patatas, idóneas para freír como » chips», lo hace en un aceite de oliva, 100 %, y las corta con una delicada tecnología en finas rebanadas, que las hacen inconfundibles.
No es otro el secreto, además claro de hacerlo durante tres generaciones. Desde el principio de Ferrol, en 1932, casi de forma continua, hasta hoy día en la ejemplar y moderna fábrica, artesana, de Arteixo.
César Bonilla Vázquez forma parte de la tercera generación de una familia dedicada al ramo de la gastronomía, sus cinco freidurías «Bonilla a la Vista» son un elemento clave en la hostelería de A Coruña.
En la actualidad sus patatas fritas llegan a todos los rincones de España, gracias a una moderna y útil logística, que las hacen llegar en perfecto estado.
Con un cómodo y ágil sistema de pedidos a través de su tienda «on line».
ENVASES
Una de las peculiaridades y ventaja, de Bonilla, es su atractiva lata, para 500 grs., serigrafiada de forma atractiva con motivos de mitad del siglo pasado.
Por supuesto está lata, envase, puede comprarse sólo una vez, ya que mantiene las patatas, gourmet, todas enteras, grandes y crujientes, en una atmósfera cerrada, que no se revienen, al taparla, como las latas antiguas de galletas.
De esta manera, la inversión del primer pedido, sólo hay que hacerla una vez, quedando el precio, para rellenar, en grandes bolsas de 300 gs. en un 59 %. (consulte formatos y tarifas en la web. www.patatasbonillaalavista.com)
Desde luego son unas patatas para fardar, presumir, buenas es poco, ligeras, crujientes, nada grasosas, de estupenda fortaleza, eso si sútil, ligera, para poner de aperitivo. Aguanta estupendamente la carga de un boquerón mejillón, oliva, etc, encima, sin humedecerse. Muy crujientes.
HISTORIA
Los primeros pasos de la empresa se dieron en Ferrol en 1932, donde Salvador Bonilla, padre del actual propietario, empezó con un puesto de feria con el que recorría los pueblos con churros y patatas fritas. Llegó a regentar un hotel y un café de verano.
Primera churrería en la calle del Orzán
En noviembre de 1949 se monta la primera churrería en la calle del Orzán; es a partir de este momento, cuando se dedica en cuerpo y alma a esta actividad.
Fueron la bici y luego la moto Guzzi, que se conserva en la fábrica de Arteixo, los primeros vehículos de reparto de sus patatas fritas, que se envasaban en latas de 1 kg retornables y se repartían por las cafeterías de la ciudad.
En el año 1958 se trasladan a la calle Galera, allí el trabajo les desborda y deciden dejar las patatas fritas, pues manualmente era imposible hacer todo el trabajo. César guardó la idea durante 30 años hasta conseguir hacerla realidad.
Desde el año 1988 fabrica sus patatas en el Polígono de Sabón (Arteixo) con la mejor materia prima (patata seleccionada y aceite de oliva) consiguiendo la calidad máxima.
POR ESO SE LAS RECOMIENDO
SU APERITIVO NO SERÁ EL MISMO DESDE QUE LAS CONOZCA. DELICIOSAS.
Rafael Rincón JM
BONILLA A LA VISTA
EPAGAL, S.L.
Tels. 981 602 607
Polig. de Sabón, Parcela, 150.
15142 Arteixo-A Coruña