LA TURULECA

por Celso Vázquez
Publicado: Ultima actualización en

COME Y SONRÍE AL MODO PERUANO

Sobre la Turuleca habíamos oído hablar. ¡Y hasta cantar! ¡Aquella pobre gallina hambrienta que había perdido el juicio, que ponía huevos en el salón o en la cocina, pero nunca en el corral!

Solo con esta imagen divertida en mi memoria sé que no voy a entrar en un restaurante encopetado de mesa y mantel blanco de algodón,  porque de lo que se trata esta vez es  de divertirse disfrutando de la mesa  y este  espacio colorista con otros comensales que saben de los sabores vibrantes del Perú.

El local de dos pisos y con cocina vista es muy agradable y colorista gracias a los tonos de las paredes tapizados con telas incas tradicionales, en concordancia con las sillas de madera, las mesas y las lámparas.

Se agradece la luminosidad que proporciona el gran ventanal junto al que comemos aumentando la sensación de confort y relax. Puesto que es un día festivo y hace buen tiempo, el restaurante está bastante lleno y es posible también comer en la terraza.

El ambiente, distendido, está formado por grupos de jóvenes, familias y parejas que disfrutan de una comida criolla, tradicional y genuinamente peruana, sin que falten en la carta los platos típicos de la cocina chifa –  podemos ver las enormes llamaradas del wok desde nuestro rincón- y opciones para disfrutar de las parrilladas típicas peruanas con el gusto, cómo no,  por el pollo asado y especiado  que tanto agrada en Perú, además de las especialidades propias de las ‘barbecues’, como las  costillas rex- de cerdo cocido a baja temperatura, en barbacoa al ají panca, acompañado de patatas asadas y chaufa blanco, y unos turuburguers o burguers al estilo del Perú, siempre acompañados de aguacate, las salsas de la casa y patatas fritas.

Pero nosotros nos dejamos guiar por nuestro anfitrión que ha seleccionado un menú genuino compuesto por un trío de causas, unos tallarines con chicharrón de pollo, un ají de gallina y una cheescake de maracuyá. Todo ello acompañado de un cóctel de pisco chilcano, del color de la chicha morada, con Ginger Ale y algo menos denso que el clásico porque carece de clara montada. Tampoco faltaron las cervezas Cusqueñas, en ese vaso que recuerda al Kero o vaso tradicional de todas las ceremonias en la cultura Inca según nos relata nuestro acompañante.

Nuestro primer plato es un trío de causas, un plato típico de la cocina criolla preparado con una base de patata cocida amarilla y su inseparable ají del mismo color. El resultado son pequeños pasteles fríos individuales, de textura muy fina, coronados con diversos ingredientes que combinan bien con el zumo de lima y la patata. El chef Víctor Chumpitaz nos explica los detalles: la primera causa es de langostinos en salsa golf – muy parecida a la salsa cóctel-, la segunda, de atún y salsa olivada o mayonesa que se prepara con aceitunas, zumo de lima y aceite de oliva, y la tercera, y más curiosa, llevaba un chicharrón de pota o calamar empanado y frito más salsa cevichera. Una verdadera delicia.

Después llegaron unos tallarines con chicharrón de pollo, saltado con cebolla morada y tomate que se incorporan al wok en el último momento. Un conjunto perfecto de sabores y texturas crujientes,  pasta al dente que se adereza, como no podía ser de otra manera, con salsa amarilla de ají, salsa de ostión y un toque fresco de cilantro. Si les gusta la pasta al estilo oriental, esta superará sus expectativas.

El ají de gallina es nuestro último plato antes del postre y nos lleva directamente a la cocina de las casas peruanas donde esta receta está  compuesta por pollo deshilachado, crema de leche, ají, aceitunas y queso parmesano. A veces, añade nuestro acompañante y anfitrión- se le suele añadir miga de pan remojada en crema de leche o incluso las clásicas crakers saladas para darle más consistencia. Todo ello se acompaña con arroz blanco que llega en una cazuelita a parte para conservar el calor y dejar que cada cual se sirva su porción deseada. Muy bueno para los que busquen una inmersión gastronómica real.

Finalmente damos buena cuenta de una cheescake con una capa de maracuyá absolutamente deliciosa. Sin duda, un broche final dulce para esta comida divertida con guiños al street food , pero también a los grandes clásicos como el arroz de pato o el pan de chicharrón dominguero que nunca falta para acabar la semana y es, cómo no, un poco atrevida, como la gallina que le da nombre. Una cocina que provoca una sonrisa vale la pena tenerla en cuenta».

de Inés Butrón Parra

LA TURULECA

Carrer d’Arizala, 5 Metro,

+34 935 29 70 88

08028 Barcelona, Spain

www.laturuleca.com

Pedidos online: Glovo, Uber Eats, Just Eat, Deliveroo y www.laturuleca.com

Menú Especial semanal: 13.90€

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