por Celso Vázquez Manzanares
Las casas de comidas han sido una seña de identidad de una ciudad, localidad, carretera, etc… desde hace más de un siglo. Locales en sus orígenes vinculados a un matrimonio o familia en donde el marido o la esposa preparaban rica cocina casera, mientras el esposo o la mujer atendían las mesas y vendían la mercancía.
Comedores de precios económicos y sabores reconocibles por los que desfilaban lentejas, alubias, guisos de rabo, merluzas, pescados fritos, pepitorias… En los años 60 del siglo pasado, la llegada masiva de gente procedente de otras provincias españolas hizo que las casas de comida se convirtieran en la mejor muestra de la cocina regional en las diferentes ciudades. Las había gallegas, castellanas, andaluza, extremeñas, vascas, navarras, murcianas, valencianas, asturianas…
El cocinero navarro Moisés Leránoz junto a Isabel, quieren ocuparse de que la gente coma bien todos los días, y desde hace poco tiempo abrió un nuevo proyecto en Castro Urdiales junto a Isabel; ella en sala y él en los fogones. Se trata de ‘LENTEJA’, casa de comidas y tienen como objetivo dar de comer con producto de mercado.
Por eso nace esta casa de comidas ‘LENTEJA’ contemporánea de aspecto sencillo. Una carta informal con especialidades tradicionales muy bien hechas. Es el prototipo de casa de comidas del siglo XXI. Un espacio luminoso, alegre y apacible, frente al antiguo matadero municipal reconvertido en el Centro Musical Ángel García Basoco.
Moisés Leránoz estar en la cocina es lo más habitual, de siempre. Su madre, Manoli Aparicio, fue la inventora y creadora de un plato ya clásico, las alcachofas con almejas que preparó por primera vez en tiempo de cuaresma de 1962.
Moisés fue compañero de estudios de Martín Berasategui, consiguió estrella Michelin, fue uno de los baluartes de la nueva cocina navarra, del Sarasate de Pamplona al Dómine de Bilbao, siempre en la cocina
Pero la gracia no está solo en el continente, también en el contenido de ‘LENTEJA’: una propuesta de cocina casera tradicional que no guarda secretos. Cocina sin pretensiones. A una larga lista platos pensados para compartir y disfrutar: Carpaccio de calabacín, queso picón azul de Cantabria y nueces, Piparras fritas con crujiente de papada ahumada, Arroz meloso con almejas, Ventresca de bacalao rebozada sobre cama de pisto y setas, Manitas de cerdo guisadas a la manera tradicional, Carrilleras estofadas al vino, Tacos de chuleta al ajillo, con salsa inglesa, Secreto Ibérico con soja, y tarta de queso (antológica), tarta de chocolate y plátano o la crema cuajada de carajillo.
Entre la oferta autóctona, la fusión se ha colado por una rendija, también la modernidad. Sin embargo, no han perdido ese tono de cercanía, de complicidad con el comensal al que alimentan a diario a precios moderados.
La carta de vinos, curiosa, breve y concisa o precisa, e impresa en la etiqueta de una botella.
Lenteja Casa de Comidas está en la calle Arturo Dúo Vital 17, frente al centro musical Ángel García Basoco. Su teléfono de reservas es el 942 310 855.
Como les gusta decir: Lenteja casa de comidas, guisos tradicionales, comidas informales.