LUGARES PARA EL POSTUREO DE LOS NUEVOS «CUMONOS» («CUquiMOderNOS»)

por Celso Vázquez

«Allá donde va la gente va Vicente…».

«…dan más importancia al continente que al contenido». 

Siempre recordaré allá por, 1976/77 cuando abrió el primero restaurante moderno y cosmopolita de cocina moderna, lo que se llamó «nueva cocina», llamado Boggui, en la calle Barquillo, 29, luego y  hasta hace poco sala de conciertos de «rock & roll» y» jazz band».

El nuevo lugar era de Dick Angstadt, y Carmen Guash (después en El Amparo) en pleno barrio de Chueca fue un exitazo total. Lleno hasta la bandera desde el primer día…

Bien pues, cuando no había manera de conseguir mesa a ninguno que no fuese «alguien» del famoseo, política o sociedad de entonces, le era imposible conseguir mesa, un amigo mío, fotógrafo de moda, Carlos Jiménez, logró un día comer allí…cuando acudió al bar donde nos reunimos la peña de amigos, le preguntamos » Bueno, Carlos, ¿Qué tal? ¿Cómo es? ¿Cómo y qué has comido? ¿Cuánto has pagado? ¿A quién has visto? etc… respondió con humor lacónico…

     «Bueno pues nada del otro mundo… es como pedir un entrecotte en vez de una copa en Carrusel»…

.que era la discoteca más de moda de la noche madrileña en la calle Valverde.

Ese fue el primer contacto en mi vida con un sitio de esos, a los que muchos se pirrian por ir, por estar, por ver y ser vistos en lugares de esos, que cataloga mi amigo y colega, Alfredo Franco Jubete, en los5mejores.com, en «Cuquis, monos y de moda», de «Beautifull People», de «Glamour, oh, glamour» o » Los más fashion».

No eres nadie si no conoces, has comido o lo has inmortalizado tu visita en Instagram …hay que estar …

En mi época a estos «foodies instagramers» de hoy, los llamábamos «niños pera», (hoy pijos) para  mi abuela eran «pollos pera». Personas superficiales, fatuas, frívolas que como cigarras necesitan estar y ser vistas, para lograr su sueño efímero y banal de ser «alguien » en el «todo Madrid». Codearse con los «importantes». Ser chic.

Bueno pues con Covid, con crisis, o caiga la que caiga, siempre existen y no pocos, que van como rebaño dócil allá donde hay que estar, ver y mostrarse, donde hay que estar si se quiere ser alguien… de su mundanal mundo.

En fin tiene que como dijo el maestro Rafael Guerra  » tiene que haber gente para todo».

LOS ‘CUMONOS’

Hay infinidad de tipos pero podemos decir que tradicionalmente hasta hace 30 años existían tascas y o tabernas, bares y cafeterías de picoteo con menús, casas de comida, restaurantes económicos de barrio para vecinos, trabajadores cercanos, jubilados y estudiantes, restaurantes clásicos de distinto nivel, los de alta cocina o gastronómicos y los de hotel.

Pero hoy habría que añadir, un montón de nuevos conceptos, como gastrobares, bistrós, restaurantes de autor, gastronómicos, étnicos, gourmdts, de autor, fusión …y los que hoy me motivan a escribir los  denominados, con evidente tino y gracia, «CUQUIMODERNOS», fruto de esa generación comentada antes del «baby boom».

Ahora que todo el mundo opina, que gracias a plataformas como Tryp Advisor, el Tenedor o blog personales, que no gastronómicos cualquiera, en su derecho puede opinar sobre las cosas del comer y sobre todo de restaurantes, hay que intentar dejar las cosas claras.

Nosotros, los que después de muchos años batallando, con servicios en muchos frentes y vigías en mucha trinchera, lo vemos desde una perspectiva más clara y profesional pero comprendemos que el batiburrillo revolucionario de las redes sociales soliviante el ambiente y confunda a la mayoría del bienpensante público.

Pero es que además de la masiva aparición de «críticos» neoprofesionales, también en general los restaurantes (establecimientos donde se come) han cambiado y sobre todo el empresariado que los emprende.

GENERACIÓN «BABY BOOM».

Realmente es esta nueva y algo alocada, por lo de caótica, sociedad es la nueva generación nacida en la época del «boom baby» español (1976-1990), años felices para una infancia muy tolerada, criada en el poco esfuerzo, mimada en el derecho a y con repelús al deber.

Esos jóvenes que hoy son el núcleo profesional de España y lo serán aún por diez u doce años son los que vivieron en primera persona el advenimiento revolucionario de internet, el móvil y en la última década las redes sociales.

Con ello vino el consumo por consumo, las prisas para ayer, el beneficio frío y rápido, practicando un paganismo triste y anodino del que apenas disfrutan pyes su único objetivo y orgasmático final es tener más dinero y presumir ante los otros de ello.

Y es que estos ‘CUMONOS’, de libro, están pensados para:

   «personas que visten, se comportan o hablan de manera afectada manifestando buena posición social y económica, en especial cuando se es joven.»

Lo que es exactamente el significado de pijo.

CÓMO SON

Bonitos, bonitos, muy bonitos…fastuosos, de total moda chic del momento. Lo que sucede es que como trabajan con apenas una docena de estudios de  decoradores todos se acaban pareciendo.

Unos imitan a otros y lo que hace un año era novedad original, o casi, en 12 meses hay seis copias…

Sitios donde pavonearse, verse, hacerse fotos, echar unas risas, criticar cruelmente al amigo no presente y hacer como que todo es super, yummy, wow, buenísimo, después de fotografiar todo… estar en candelero.

La carta igual, de moda, lo que se demande, no importa la es esencia, que se vende esto pues esto, que es fusión y la gente no sale de croquetas y pulpo, pues eso.

Eso si barato, todo barato de acuerdo a su principio de ser:

COMER EN UN SITIO QUE APARENTA COSTAR 60 euros POR APENAS 28 euros.

Lo de la calidad lo dejamos para el próximo día. Ni está ni se la espera.

Personal guay, joven,»guapo», muy acorde con lo más del momento y vestidos de moda que les gusta a sus clientes a los que les encanta ser atendidos servicialmente por semejantes, muestra de su fatuo egolatrismo personal.

Guapos, elátos, orgullo y vabidad más que sentido y sensibilidad. Atienden como de favor a una clientela de su marcha, en una ridícula endogamîa social.

Tutean, hablan mal, tacos y poca sintaxis, «osea» al por mayor aunque miles de «vale» compiten en su apenas tricentenario vocabulario…

No sudan, se afligen, no se ponen nerviosos, se estresan, no corren están tensos y a la hora de hablar lo último que les han metido en la cabeza es dogma de fe.

Te miran por encima y son atentos con la gente guapa y discretos en el roce con «feos» anticuados que osan ir a su restaurante sin «look», sin marcas y encima pretenden saber, a veces, más que ellos.

Pero su curruculum va de fracaso en fracaso o se éxito efímero en otro,  son como tristes surfistas en busca de la efímera ola de la fama, del local, nunca propia.

Ademàs no son conscientes de que la biología es dura y para todos pasan los años…ya empueza a haber jóvenes mozas repletas de » «tatoos» o envueltas en prietas prendas de moda de veinteañeras con más de 20 años en cada pierna, con lastimoso aspecto… por no hablar de mozos elegantemente jóvenes que peinan, esconden, canas, algo de tripita, y algunos «cartonmaris»…la carne es débil y flácida.

EL POR QUÉ

Pues por que ese grupo de empresarios empezaron como amigos a jugar organizando nocheviejas, despedidas y fiestas de curso en sus últimos años de colegio y luego bares pubs  para esos grupos de amigos convirtiendose casi todos en Relaciones Públicas de discotecas y muchos en grupos de empresarios amigos, excolegas del cole o la ‘Uni’.

La inmensa mayoría no acabó sus estudios  y lo de la hostelería era una salida fácil, lúcida, rentable y divertida, pero como dueños, claro.

Así son, buscan dinero de forma constante, no tienen vocación hostelera, ni gastronómica. Van a lo que van.

Abren un local y lo llenan y con la rebaba del éxito ya están montando dos nuevos.

No les importa el proyecto, ni la empresa, ni el personal, sólo la pasta y con ella la presumida y ansiada fama.

Intentan crear una comunidad de amigos de amigos de amigos de amigos de su entorno social o próximo,, todo como muy en «pandi». Cierran si no funciona sin discutir, hay  que estar de moda, esa es la consigna.

Y su fórmula fácil:

  ‘Abro, lo peto (lleno) le doy dos vueltas y lo traspaso…y si no se cierra y a otra cosa’.

Así de fácil y les aseguro que la forma tiene gran éxito y son varios los grupos que funcionan así. Unos mejores otros peores, todos fríos y sin vocación.

Claro que con el tiempo se hacen buenos especialistas y a algunos hasta les llega a gustar…pero lo del seguimiento del día a día, el batallar diario y el fregar no va mucho con ellos.

CONCLUSIÓN

Esta nueva hostelería, negocio hostelero, ha nacido para quedarse, son camaleónicos, y como ya no hay bicocas en la construcción, esto sigue atrayendo a estos grupos.

Son versátiles, fatuos, frívolos, pero muy listos. Están a la que saltan, saben lo que quieren y dominan lo moderno, marketing, diseño imagen, redes sociales y financiación…

Son los nuevos adoradores del Becerro de Oro.

Rafael Rincón JM

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