El mangostino, mangostán o jobo de la India (‘Garcinia mangostana’), conocido como el mangostán púrpura es un árbol de hoja perenne, de 6 a 25 m de alto y que dan frutos comestibles muy añreciados.
Sus orígenes se desconocen con exactitud debido a su cultivo antiquísimo disperso y generalizado, por las naciones insulares tropicales del sudeste asiático, pero se estima que puede provenir especificamente de las islas de la Sonda y las Molucas en Indonesia.
Crece principalmente en el sudeste asiático, el suroeste de la India y en América, en áreas tropicales como Honduras, Colombia, Puerto Rico, Ecuador o Florida, donde se introdujo la especie.
Su reconocido fruto es delicioso, muchos Gourmets de la zona lo consideran la ‘Reina de las Frutas’ (el Rey sería el Durian), es muy dulce y, al tiempo, picante, muy jugoso, algo fibroso, con textura de durazno o melocoton, con vesículas llenas de líquido (parecido a la pulpa de los cítricos), de corteza de color rojo púrpura oscuro (exocarpio) que es incomestible cuando madura.
En cada fruto, la carne comestible fragante que rodea a cada semilla es el endocarpio, capa interna del ovario. Las semillas tienen forma y tamaño de almendra.
La copa del árbol, de 9 a 12 metros de alto, tiene forma cónica y posee un follaje muy denso siempre verde de hojas opuestas, grandes, con nervadura central, de color verde oscuro, forma elíptica y el ápice acuminado y corto.
Tipos
El mangostán está muy relacionado con otras frutas tropicales comestibles, como el mangostán botón y el mangostán gota de limón, que botánicamente, no tiene relación alguna con el mango.
La fruta de los árboles de plántulas es bastante uniforme, y solo una variante distinta es conocida y que se encuentra en la Isla de Joló (Filipinas). El fruto es grande, la corteza más gruesa de lo normal, y carne más ácida de sabor pronunciado.
En el norte de Borneo, una forma aparentemente silvestre tiene solo 4 carpel os, y cada uno contiene una semilla.
Historia
El nombre Garcinia hace referencia al explorador francés Laurent Garcin.
El mangostán, pues, es una planta nativa del sudeste asiático, muy apreciado por su rica originalidad de textura jugosa y delicada y por su sabor ligeramente agridulce.
El registro chino del siglo XV, Yingya Shenglan, describió al mangostán como ‘mang-chi-shih’ (derivado del término en idioma malayo manggis), como una planta nativa del sudeste asiático de carne blanca con un delicioso sabor agridulce.
Se ha cultivado en Malasia, Borneo, Sumatra, el sudeste asiático continental y Filipinas desde la antigüedad.
Linneo incluyó una descripción del mangostán en su Species Plantarum en 1753. El mangostán
Se introdujo en los invernaderos ingleses en 1855. Según, David Fairchild, existe una leyenda sobre la reina Victoria que dice que ella «ofreció una recompensa de 100 libras esterlinas a cualquiera que pueda entregarle la fruta fresca». Lo que, probablemente, pudo ser responsable de que se la designe como la «Reina de la Frutas».
A principios del siglo XX los ingleses llevaron este árbol a San Sebastián de Mariquita, Tolima (Colombia), donde se cultiva en abundancia.
Posteriormente, se le introdujo en el hemisferio occidental, donde se estableció en las islas de las Indias Occidentales, especialmente en Jamaica.
Más tarde se estableció en el continente americano en Guatemala, Honduras, Panamá y Ecuador.
El periodista y gourmet RW Apple, Jr. dijo una vez sobre la fruta:
«Ninguna otra fruta, para mí, es tan emocionante, embriagadoramente deliciosa… Prefiero comer una que un helado de chocolate caliente, lo cual viniendo de alguien de Ohio dice mucho «.
Desde 2006, los pedidos privados de pequeñas cantidades de frutas cultivadas en Puerto Rico se vendieron a tiendas especializadas de alimentos estadounidenses y restaurantes gourmet que lo sirven como un postre exquisito.
Falsos Mangostanes
Hay dos especies. La ‘Garcinia cochinchinensis (lour.) Choisy’ que es una clusiácea, de la misma familia del mangostán verdadero (‘Garcinia mangostana’). Ésta es una especie autoctona de Indochina, que fue introducida en Brasil y se difundió, gracias a su fácil adaptación. Se la llama falso mangostán, ya que se asemeja mucho al verdadero, ya que las hojas de ambas especies son muy parecidas aunque su fruto es muy diferente, por ello se presta a confusión. Sus frutos, verdosos, amarillentos y puntiagudos cuando están maduros y puntiagudos, son comestibles mas su pulpa es ácida, sirviendo más para jugo y jalea que para consumir en fresco.
La ‘Garcinia xahthochymus’ también es denominada falso mangostán con unos frutos más pequeños, se diferencia porque su látex es amarillento, mientras que el látex del auténtico, ‘Garcinia mangostana’ es blanco.
Empleo y uso
De sabor es meloso, dulce, sumamente azucarado. Es ideal para tomar por la mañana, como zumo revitalizante.
Para abrirla, haga un corte superficial en toda la circunferencia, de casi un centímetro, de 1/4 a 1/3 de pulgada, de profundidad, suficiente para crear una abertura para que pueda introducir los dedos. No debe cortar hasta el medio. Si no tiene un cuchillo, puede sostener el mangostán entre las palmas de sus manos y apretarlas para aplastar las cáscaras moradas.
Al ser una fruta no climatérica, el mangostán recogido no madura más, por lo que debe consumirse poco después de la cosecha. Las semillas se comen a veces, hervidas o asadas.
Una vez pelado, se puede consumir directamente como postre, merienda o desayuno; aunque, esta fruta tropical también puede añadirse a otras recetas, como ensaladas, batidos o pasteles, a los que aportará un punto dulce sorprendente.
El mangostán se encuentra en el mercado con facilidad enlatado o congelado en los países de Occidente.
Como fruta fresca, su importación del mangostán fue ilícita históricamente en los puertos de Estados Unidos de Norteamérica debido a los riesgos asociados a la mosca de la fruta asiática ‘Tephritidae’. En el 2007, esta prohibición cambió oficialmente, al aprobarse importaciones de frutas irradiadas desde Tailandia. El mangostán fresco alcanzó entonces precios de hasta 10 dólares por unidad en las tiendas de delicatessen de Nueva York. Sin embargo, el aumento de la oferta con los años se ha moderado bastante su precio.
Los mejores son aquellos con el mayor número de lóbulos del estigma en el ápice. Los mangostanes se suelen comer crudos como postre.
Los segmentos carnosos a veces se conservan, aunque pierden su sabor delicado, por lo que mejor es utilizar sirope y esterilizar durante cinco minutos.
Los frutos más ácidos son los mejores para preservar.
Para hacer mermelada, en Malasia, los segmentos sin semillas se hierven durante 15 o 20 minutos con una cantidad igual de azúcar. En Filipinas, se hace simplemente hirviendo los segmentos de azúcar morena, y las semillas se pueden incluir para enriquecer el sabor.
Su cáscara se utiliza tradicionalmente en Indonesia como un tinte natural para tejidos; de tonos marrón, marrón oscuro, y del púrpura al rojo, especialmente en telas tradicionales como el ‘tenun ikat’ y ‘batik’.
Beneficios
El mangostán contiene sustancias químicas que pueden actuar como antioxidantes y combatir infecciones
También puede tener un impacto positivo en el corazón, el cerebro y el sistema digestivo: salud cardíaca. Los estudios realizados en animales muestran que el extracto de mangostán redujo eficazmente los factores de riesgo de enfermedades cardíacas, como el colesterol LDL (malo) y los triglicéridos, al tiempo que aumentaba el colesterol HDL (bueno).
Puede causar estreñimiento, hinchazón, náuseas, vómitos y cansancio.
Un vaso de jugo, 200ml., tiene 153 calorías.
Rafael Rincón JM