Perú un emporio de cocinas y culturas.
Perú (‘Piruw tanto en quechua como en aymara las dos grandes etnias), gran país con 1 285 216,20 km²`, dos veces y cuarto España y unos 31 millones de habitantes, es una gran nación, crisol de grandes culturas.
Sobre su nombre actual hay dos versiones la del cacique ‘biru’ o la de la cultura del río Virú, al norte del país. Lo que es seguro es que se lo dieron los españoles, ya que antes había varias naciones autóctonas en su actual territorio, la principal el imperio Inca.
Hay huellas de humanos, provenientes de los primitivos asiáticos de la migración a través de Bering y norteamérica, desde hace 11.000 años (Cueva del Guitarrero (departamento de Áncash, en la sierra norcentral).
Hacía el cuarto milenio a.C. empiezan las primeras comunidades tribales jerarquizadas estables.
Y ya en el tercer milenio a. C., Perú con el vecino Ecuador, contaba con la civilización más antigua del continente, el complejo de Caral, aunque se cree que la de Sechín Bajo, en el valle de Casma (Áncash) puede contar con una antiguedad de hasta 5000 años
Es decir ya en su territorio empezaban a desarrollarse culturas coetáneas con las antiguas más conocidas como Mesopotamia (Irak, la más antigua, Tigrís y Eufrátes)), Egipto (Nilo) y la de las orientales primitivas de los grandes ríos, que hoy son China (Amarillo y Azul), e India Ganges y Bramaputra.
Su historia es una consecución de culturas regionales y que ninguna (salvo la Inca) abarcó todo el actual territorio sobre otras, absorbiendo en muchos casos una las tradiciones de otra, como sucedió en Europa y Asia.
Se suceden las primitivas de la Cupisnique, la Kuntur Wasi, la Chavín de Huántar, la Moche al norte y Nazca al sur, en el altiplano la Tiahuanaco.
Ya en el siglo VII d. C. surge la cultura Huari, ya avanzada y con ciudades imperiales; después de su disolución surgieron nuevas locales a través de la cordillera andina como la la Lambayeque, Chimú y la Chincha, todas hacia el 800.
De estos ‘taifas’ peruanos surge también la Inca, que poco apoco va creciendo y en el siglo XIV ya domina todo el área comprendida entre los ríos Maule y Ancasmayo.
Este inmenso territorio cercano a los 3,000.000 km², hoy ubicada en los territorios del sur de Colombia, el oeste de Ecuador, Perú, Bolivia, el norte Chile y el noroeste de Argentina formó el breve Imperio incaico (un siglo aproximadamente) o Tahuantisuyo, de gran desarrollo que en la zona dio una conciencia nacional siimilar a la de Roma en Occidente.
Los españoles, al mando del extremeño de Trujillo, Francisco Pizarro, conquistaron rápidamente este imprrio al estar, éste, dividido en guerras fraticidas, en 1532, en tiempos de Carlos I.
A los primeros aventureros conquistadores les sucedieron los colonos españoles y su Administración, Civil, Cultural y Religiosa y ya en 1542 se funda el Virreinato del Perú.
Los españoles trajeron aparte de un cierto desarrollo un cambio social importantisimo, continuó el sentimiento de territorio o nación, virreinato, pero los colonizadores ávidos de riquezas, desarrollaron la minería del oro y sobre todo plata en Potosí.
A su vez el mercantilismo más déspota, bajo un cruel monopolio, no mucho más cruel que el inca, que abusaba y explotaba a los diferentes pueblos indígenas, que aunque no fueron nunca esclavizados, por orden de la Corona española, fue la mano de obra indígena la que sufrió, con duro sacrificio, bajo el trabajo forzoso o mita.
Esta situación duró hasta 1700 con el agotamiento de los recursos minerales, casí esquilmados, y el advenimiento a la Corona de la dinastía de los Borbón, con Felipe V.
Éste trajo al Perú, virreinato, las denominadas Reformas Borbónicas, impuestas a la fuerza por los corregidores españoles, en contra de los intereses de los comerciantes, lo que provocó una revuelta indepentista (1780-81) importante y fallida de los habitantes, la del cacique, descendiente de incas, Tupac Amaro II, que falló por no contar con la unión de intereses entre los criollos e indígenas.
Este conflicto conllevó una represión fuerte, cruel y centralista sobre los nativos y colonos, atrasando los previstos desarrollos autonomistas
La independencia fue conseguida en 1824, aunque la guerra fue iniciada en 1821, por el argentino y exmilitar español, estuvo en la batalla de Bailén, José de San Martín.
Conseguida ésta, tras dos decenios de inestabilidad, en 1845 el presidente Ramón Castilla logró por primera vez la paz interior y definitivamente se abolió la esclavitud y la pena de muerte (la mita la había suprimido San Martín).
A mediados y sobre todo al final del siglo XIX ante la imperiosa necesidad de conectar políticamente y comercialmente las diferentes regiones, llegan decenas de miles de ‘culis’, peones, chinos para las grandes obras de construcción que pasadas se quedaron en oficios domésticos, servicio, lavanderías, etc.
Un conflictivo siglo XIX, con otra breve guerra con España (1864-66, que no reconoció la independencia hasta 1879, ya con Alfonso XII, y una perdida guerra con Chile, la del Pacífico (1879) que cedió una provincia en el sur, la de Arica-Iquique, hoy el norte de Chile, llevó a unos periodos más o menos estables.
Es en estos años cuando empieza una imparable inmigración de pobres y aventureros europeos y también del oriente aparecen los japoneses ante la necesidad de mano de obra del emergente y flamante nuevo Perú y la carestía de sus países.
Tras una prolongada e inicial República aristocrática, dominada por los patricios criollos, siguió una serie de semidictadores de corte militar hasta bien entrado el siglo XX.
Empezó en 1979 la verdadera república presidencialista de representación democrática con un sistema multipartidista, que es hoy Perú.
El final del siglo XX trajó una plaga terrorista de corte marxista nacionalista, Sendero Luminoso en los 80-90 y una sucesión de presidentes civiles, como Alan García, el fallido y condenado Alberto Fujimori, Valentín Paniagua., breve intermedio, Alejandro Toledo, otra vez Alan Garcia y el actual Ollanta Humala.
En las elecciones generales del 2016, el economista, Pedro Pablo Kuczynski
Después de un periodo fallido con presidentes no electos, Martín Vizcarra, Manuel Merino y Francisco Sagasti hasta tres presidentes en un año y pico.
Por fin en 2021 fue elegido en elección muy reñida el maestro, Pedro Castillo.
La política desgraciadamente en Perú no tiene la salud y fortaleza que si tiene su cocina, que se ha colocado en el podium de las grandes cocinas internacionales y con la mexicana en una de las dos mejores de todo América.
El turismo se ha convertido en la tercera industria más grande de la nación, detrás de la pesca y la minería. Y no cabe duda que su exuberante gastronomía y ricas cocinas son, hoy, parte importantísima de los grandes atractivos turísticos del Perú, como lo son el mítico y ancestral, Machu Pichu, el histórico, Cuzco, la muticultural y gran urbe, Lima, o la inmensa y exótica Amazonía y sus maravillosas y variadas geografías física y humana.»
Con seguridad Perú a través de sus cocinas, dará mucho y muy bien que hablar.