PATATAS «LA BONNETTE”

por Celso Vázquez
Publicado: Ultima actualización en

‘Un magnífico ejemplo de marketing, gastroculinaria y veraz en el que participa toda la población de la pequeña comunidad isleña’.

Cuando el humano entiende que buscar lo auténtico y de la máxima calidad, con los mismos sabores y calidades de antaño puede ser un rasgo cualitativo muy positivo, y ese marketing antiguo y humano es un ejemplo a seguir.

Un gran ejemplo de ello es cuando los sencillos y pobres campesinos, isleños de la pequeña isla atlántica francesa de Noirmoutier, casi todos ellos minifundistas, productores agroalimentarios, se acabaron estableciéndose, agrupándose en cooperativa, hasta el siglo pasado bajo el espíritu común de ‘La Unión hace la Fuerza’.

Así fue en el resto del mundo, el desarrollo industrial, la dura competencia y la cada vez mayor mejora de las comunicaciones, a mediados de los siglos XIX y en el vino a partir de 1935 y buena parte del XX, se consolidan las antiguas y escasas Denominaciones de Origen, Jerez, Priorato y surgen nuevas como Rioja, Navarra, Montilla y Moriles, y mucho más modernas, en los años 70 y 80, D.Os, como, Ribera del Duero, Somontano, Rueda o Bierzo, ante el gran desarrollo socioeconómico de la población, enriquecimiento, consumidora y el consecuente desarrollo de la competencia.

También en el campo alimenticio se agrupan local o regionalmente buscando un común distintivo, un sello o marca que diferencie sus productos y los ampare ante otras ofertas competidoras.

Así surgen también las Denominaciones de Origen como el queso de Roncal (la más antigua) lentejas de la Armuña o el Garbanzo de Fuentesauco o los Espárragos de Navarra y las Indicaciones Geográficas Protegidas (IPGs) como Ternasco de Aragón o Alcachofas de Tudela o la Morcilla de Burgos, y luego Marcas de Garantía, como Torreznos de Soria o Cochinillo de Segovia.

Pero en la vieja y más rica Europa ya existían productos alimentarios con un origen definido y reconocido por los consumidores que compran y consumen año tras año sus cosechas, elaboradas con esmero y tradición que proporcionan la calidad esperada.

Cómo decía un buen ejemplo les dejamos con el caso de estas patatas extraordinarias, que desde ahora hace un siglo, son una importante fuente de la riqueza y la sostenibilidad de una isla de sólo 49 km. cuadrados en Dpto. de La Vendée, Pays de la Loire, con unos 10.000 habitantes, en el batido Atlántico francés.

PATATAS «LA BONNOTTE»

de la Isla de Noirmoutier

Un sabor único y disponible sólo unos pocos días al año, es una de las más antiguas variedades de patata, cultivada en la isla de Noirmoutier.  Los grandes Chefs siempre pagan su peso en oro.

Su nombre: La BONNOTTE o de ÎLE DE NOIRMOUTIER. Una nueva variedad de patata en la región de Barfleur (La Manche).

Precoz, la bonnotte de Norimoutier es una variedad antigua de patata, originaria de Barfleur, en el departamento de la Mancha, que fue introducida en la isla Noirmoutier en entre los años 1920-1930, gracias a un agricultor astuto que las  introdujo entre sus maletas.

Se la empezó a conocer en la isla por los nombres de ‘bounotte’ , ‘bonnette’ o ‘bonnet’, antes de imponerse rápida y definitivamente el nombre de La Bonnotte.

En 1938, su sabor ya es reconocido y muy valorado por los consumidores, locales y turistas y en Certámenes agrarios la sitúan entre las mejores variedades de patata.

De pequeño calibre, esta patata redonda con piel tersa crece en tierras arenosas enriquecidas con macroalgas que le confieren ese aroma tan particular. Disponible en mayo, proporciona un agradable sabor iodado que la convierte en acompañante ideal de crustáceos, pescado o incluso carnes en costra de sal.

Particularmente frágil, la bonnote de Noirmoutier, que solo puede recogerse con la mano, contiene múltiples virtudes para la salud, y su elevado contenido en almidón es muy valorado en la lucha contra el colesterol.

Casi desaparición y Recuperación

Sin embargo, cuando comienza la era de la mecanización, la Bonnotte una patata demasiado frágil, no se adapta y requiere que su recolección siga siendo manual.

Esta es una de las razones por la que desaparece entre los años 1960-1965, después de haber hecho las delicias de los paladares más gourmets, durante más de treinta años.

A pesar de esto, los agricultores de la isla de Noirmoutier nunca olvidaron que esta patata era la fuente de su fama. Y la guardaron en pequeños cultivos particulares.

Por eso aceptaron el reto de resucitar esta variedad que desapareció.

La Cooperativa Agrícola de Noirmoutier se dirigió al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas para recrear, de forma idéntica, este precioso tubérculo del pasado.

Gracias a esto conseguieron cultivar a mano y con caballerías animales, patatas de gran calidad del mismo tamaño y sabor que antaño.

Además de cosecharse manualmente, crece en un suelo rico y fertilizado con racks, cuya riqueza mineral se encuentra exclusivamente en el microclima soleado del norte de esta isla.

Las parcelas de cultivo se preparan en septiembre-octubre, con una base de abono y algas, luego las plantas se siembran a principios de febrero, día de la Candelaria. 

Más tarde, tal y como se hacía en antaño, se recogen manualmente noventa días más tarde.

Cada mes de mayo, la isla Noirmoutier organiza el Día de la Bonnotte durante el cual se puede participar en distintas actividades como la recolección a la antigua usanza, o asistir a una cena al ritmo de un espectáculo musical.

Este riguroso método tradicional, limita enormemente la superficie de cultivo y su rendimiento.

La primera subasta que se realizó en Nantes, otorgó el título a las patatas Bonnotte de Noirmoutier, como las más caras del mundo llegándose a pagar 400€ kg. 

Sin embargo, un año más tarde durante la subasta en el Hotel Drouot de París, llegaron al excepcional precio de

¡457’35 euros por kg!

En 2024 ya supera los 500 euros kilo.

Pero las Bonnote tienen un defecto.

Solo se pueden consumir durante los diez días posteriores a su recolecta y esto hace que exportarla sea muy complicado. Por ello, nada más ser recogida en Noirmoutier, se traslada a Drout, una casa de subastas de lujo en París.

Rafael Rincón JM

con información facilitada por Ismael Díaz Yubero

Más información y puntos de venta:

www.laprimeurdeliledenoirmoutier.com

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