por Juan Carlos Lobo
(Nota: Este artículo lo recibí en abril de nuestro colaborador en Sevilla, Juan Carlos Lobo, y debía de editarlo entonces, pero al estar en el posoperatorio y luego rehabilitación hospitalaria, no pude hacerlo, creo no obstante que unos meses después no pierde interés esta ventana a las queserías artesanales de las serranías gaditanas, tan en boca en estos últimos tiempos. Les dejo con ello. Rafael Rincón JM.)
QUESEANDO POR LAS SIERRAS DE CÁDIZ

«Llegó el primer fin de semana de abril y las sierras de Cádiz visten sus mejores galas para recibir a miles de visitantes, en cantidades industriales, interesados en su particular belleza geopanorámica y con ganas de adquirir productos artesanos.
En esta ocasión tomo el relevo del Trotaqueserias, Rafael Rincón, que está en “boxes” recuperándose. Relevo temporal que tomo encantado y me dirijo a la primera de nuestras citas de la jornada al bello y reconocido pueblo de Villamartín uno de los afamados «pueblos blancos».
Municipio al norte de la provincia, a unos 80 kilómetros de la capital gaditana, centro de la célebre cabra payoya y rodeado de sierras y con fértiles campiñas que, según sus abundantes restos arqueológicos, encontrados de distintas épocas, demuestran que estuvo poblado desde muy antiguo al encontrarse estratégicamente en un cruce de caminos.
Desde hace algunos años organizan con éxito gradualmente mayor, el certamen quesero, “QUESIERRA” una interesante feria agro-alimentaria donde el visitante tiene la posibilidad de conocer y adquirir directamente del artesano productor, estupendos quesos andaluces de gran calidad y escasa producción.

En esa feria pude volver a saludar a varios queseros amigos como Rancho Villalba de Sevilla, Facendera de León, Los Barrancos, Castillo Papabellotas, de Málaga, Andazul, de Cadíz y otros más que pronto lo serán como quesos Marimorena de Cádiz, los cordobeses de quesos Plazuelo o quesos Sta. María del Cerro de Málaga.
Tras esa gratificante visita, puse rumbo a mi siguiente destino, Villaluenga del Rosario.
Otro «pueblo blanco» y el más alto de la provincia, cuna y origen del queso de cabra payoya. Su origen se remonta a la época del Andalus mahometano, aunque también en el yacimiento de las Cuevas de la Manga se han encontrado interesantes restos del paleolítico.
Villaluenga tiene la plaza de toros más antigua de la provincia, es del siglo XVIII y tiene la particularidad de no ser redonda ni cuadrada, sino poligonal, con un genuino graderío realizado en piedra local.
Entrando en nuestra sabrosa y placentera materia lácteoquesera, este año Villaluenga del Rosario celebra ya su XIII edición de la feria del queso. El pueblo se rinde hacia este certamen popular en el que ve multiplicado por infinito el número de visitantes. Quiero aprovechar para agradecer a la policía local su amabilidad al facilitarme por fin el acceso directo, tras más de una hora de cola para acceder.

En el recinto, donde se encontraban las 26 queserías participantes, me alegró poder saludar nuevamente a una buena representación de buenos amigos y reconocidos queseros nacionales, como Flor de Cazalla y Quesos Doñana, donde me ofrecieron probar un nuevo queso suyo, un azul, delicioso, “de vaca choquera” como me informaron. Seguiré de cerca ese queso, os lo aseguro.
También se hallaba exponiendo y vendiendo, J. Aranburu, con su Idiazabal D.O.; la Quesería Doña Francisca, con sus afamadas tortas “Virgen del Prado” y Quesos Villaluenga del Rosario, donde degusté un curioso curado con más de un año de curación. Además, me alegró conocer a las queseras de S´Arangui de Menorca.
Como dato curioso, el queso local, con la marca más famosa de la zona, produce sus quesos con leche de otras procedencias y de razas distintas a la autóctona payoya y desde luego de manera industrial. Personalmente recomiendo a los consumidores los quesos de La Covacha, o los de Quesos Villaluenga del Rosario, que ambos producen y lo elaboran con leche de ovejas y cabras y autóctonas payoyas.
Tras degustar varias tapas del delicioso queso Idiazabal, que me proporcionó mi amigo Jesús, puse fin a la visita a este hermoso y dinámico pueblo, destino obligado para los amantes de los buenos quesos.

La siguiente etapa fue Alcalá del Valle, pequeño y luminoso municipio, sito en uno de los valles más nororiental de la provincia, a 155 kilómetros de Cádiz ciudad y casi al lado de la provincia de Málaga, en el extremo occidental de la Sierra de Ronda. Su fundación se debe a familias musulmanas, del cercano Setenil de las Bodegas, que lo fundaron a mediados del siglo XX autorizados por los Reyes Católicos.
Conserva una arquitectura popular y típica que recuerda su origen árabe, calles con casas encaladas y balcones repletos de flores. No perderse sus restos arqueológicos de los dólmenes del Tomillo, conjunto megalítico con un menhir único en la provincia, encajados en un hermoso paraje natural, una auténtica joyas megalíticas.
Este «pueblo blanco» tiene al agua, como principal recurso natural, ya que está presente, por doquier, en todas sus manifestaciones artísticas.
En su recinto ferial se celebra, a su vez, la VIII edición de la Feria del Espárrago.

Si bien esta apreciadísima verdura no tiene nada que ver con el queso, en el mismo recinto se dieron cita varios productores de quesos. Recomiendo la visita a esta interesante y curiosa feria a todos los amantes de los espárragos donde adquirir extraordinarios y variados manojos, a un interesante precio, directo del hortelano. Yo lo hice.
Entre los citados expositores estaba Distribuciones García-Aroca, de mi amigo Fernando, que me recibió con alegría, como siempre hace y al que agradezco sobremanera sus atenciones. En esta ocasión su estand era más bien una peculiar o auténtica tienda de ultramarinos o coloniales, vamos un colmado. Con quesos artesanos de La Covacha, Pago los Vivales, Bacalao de importación salado, diversas y suculentas chacinas ibéricas, patés, etc… y seguro que más cosas que dejaría en la furgoneta por falta de espacio.
En el recinto había un surtido de expositores de todos los gremios, trajes de faralaes o flamenca, navajas, cuchillos y otros utillajes, apetecibles pasteles y panes, apetecibles patatas fritas artesanas, y por supuesto varios expositores de espárragos de diferentes tipos y formatos.

Y con esta última visita puse ya fin a mi viaje de hoy, delicioso y agradable peregrinaje con algo más de 300 kilómetros por espectaculares parajes y por carreteras de sierra, de mil revueltas, pero muy contento por las experiencias vividas y gozadas.
Permítanme, la feria del espárrago, en verdad, es una fecha a tener en cuenta, ya que cuando escribo estas líneas ya había degustado uno de los manojos, y créanme si les digo que para mí de los mejores comidos
El domingo se celebró el concurso del mejor queso Quesierra 2022, obteniendo los dos primeros premios la quesería de Alcolea, Sevilla, Rancho Villalba, con la maestra quesera Conchita Saldaña. Sirva esta mención como reconocimiento al buen trabajo que desarrolla en esa quesería junto a su marido, Pepe Fernández, encargado de su propio rebaño de cabras de raza florida.
por Juan Carlos Lobo