UVAS DE FIN DE AÑO 12 BOCADOS POR LA SUERTE
Mañana es san Silvestre, acaba este maldito año y es ya una tradición muy popular hablar de las uvas de las campanadas.
Reproducimos, sobre esta, ya, secular, costumbre, una interesante nota sobre ellas, con sus anécdotas e historias, su cultivo en la zona que con el tiempo se ha convertido en el gran especialista, Vinalopó, todo un gran informado artículo del blog, AL FUM DE LA XIMENERA, de nuestro amigo, lector y especialista e investigador de la gastronomía y cocina más tradicional de la Comunidad Valenciana, Salvador Gaya.
«LAS TRADICIONALES UVAS DE LA SUERTE»
“Las doce uvas «de la suerte» comenzaron a tomarse de manera masiva en España en la Nochevieja de 1909, debido a un excedente de la cosecha en la región de Alicante.
Sin embargo, los agricultores lo niegan, alegando que en los años 30 tener uvas en la mesa era un lujo dada su escasez.
No obstante ya en el siglo XIX existía la costumbre entre los burgueses españoles de comer uvas y brindar con champán para despedir el año.
Se dice que un grupo de madrileños decidieron reunirse en la famosa Puerta del Sol parodiando a la alta sociedad y tomarse las doce uvas al son de las campanadas y de ahí la tradición que se extendió rápidamente.
Pero lo que debéis saber es que gran parte de las uvas que comemos durante la nochevieja tienen denominación de origen en la Comunidad Valenciana, más concretamente de la comarca alicantina de Vinalopó, que desde hace décadas abastece a millones de Españoles que cada año preparan sus 12 uvas de la suerte para intentar, sin atragantarse, tomarse una por cada campanada.
La variedad más habitual para despedir el año es la “aledo”, autóctona de Alicante.
Entre las siete localidades que forman el valle de Vinalopó (Aspe, Monforte del Cid, Agost, Novelda, La Romana, Hondón de las Nieves y Hondón de los Fraile) producen cerca de 41 millones de kilos por temporada.
¿Os habéis preguntado alguna vez por qué los granos de uva tienen un tamaño similar?
Para contestar a esta pregunta nos tenemos que remontar a principios del siglo XX en el que los agricultores, desesperados por las plagas que destrozaban sus cosechas, probaron a proteger sus racimos con una bolsa de papel. Ello hizo que la uva madurara lentamente y es por esa razón por la que encontramos todos sus granos más regulares, con un color uniforme y un intenso sabor envueltos en una fina capa de piel.
A principios de los años 2000, diversas empresas vieron de esta tradición una buena inversión para ganar dinero y decidieron comercializar con botes individuales con sus doce uvas peladas y sin pepitas.
En otros países existen diferentes costumbres, por ejemplo en Italia para obtener una gran fortuna en el siguiente año es tradición tomar un plato de lentejas estofadas tras las campanadas de la noche del 31 de diciembre.
En Grecia, por su parte, es tradición cocinar Vassilopitta, un pastel que esconde en su interior una moneda de oro o de plata. Quien la encuentre será la persona que obtenga más suerte durante el próximo año. Esto nos recuerda al roscón de Reyes, donde hayamos dentro el haba que te hará pagar el siguiente o el premio con el que conseguirás ser el rey o la reina de la noche al ganar la corona real».
De, Valencia Culture en el blog de Salvador Gaya,
AL FUM DE LA XIMENERA
CINCO CONSEJOS MUY PRÁCTICOS
PARA TOMARSE EN CONDICIONES ÓPTIMAS
LAS UVAS DE LA SUERTE ESTE FIN DE AÑO
«La celebración de Año Nuevo se compone de muchas tradiciones, pero una de las más comunes es el comer 12 uvas mientras suenan las 12 campanadas de la media noche para pedir un deseo por cada una”.
En España las 12 uvas son predicciones; cada uva dulce representa un buen mes por venir y cada uva ácida un mes difícil.
Muchas familias las presentan en copas o platitos pero entre los distintos tamaños y las semillas es difícil comerlas todas antes de que terminen las campanadas. Llega el momento de los abrazos y nosotras seguimos tratando de tragar mientras nuestro tío nos estruja.
Para evitar esos problemas te tenemos 5 recomendaciones:
1. El tamaño ideal
No importa cómo las sirvas ni en qué, lo importante es que nadie se ahogue en el intento. Escoge uvas pequeñas (aunque tengas que comprar varios paquetes) y sin semilla para hacer el proceso más dinámico.
2. En copa
Colócalas en una copa decorada con un listón o con una pequeña ramita de menta. Las puedes poner en la mesa desde el principio y usarlas como adorno.
3. Escárchalas
Si te quieres ver muy gourmet puedes escarchar tus uvas. Simplemente úntalas de miel de maíz (o cocina tu propio caramelo), mételas en una bolsa llena de azúcar blanca y dales una sacudida para que se cubran bien. Son deliciosas y te asegurarás de que todos las disfruten despacio.
4. Champagne
Otra opción es atravesar las uvas con un palito de brochetas y acomodarlas en copas de champagne. La uva toma buen sabor y es otra opción para una elegante presentación.
5. La elección perfecta
Elegir bien que tipo de uva según sabor, textura y tamaño no a todos nos gustan las mismas y unos manejan mejor que otros el grosor de las mismas en caso de dificultades ya sabéis las hay sin semillas y también peladas y despepitadas.»
Rafael Rincón JM