«La raza del Cambio Climático», así es llamada y reconocida por sus excelentes características.
Es una raza de ganado, obtenida a través de la desarrollada biología genética, de cruces naturales, conocida por su carne de alta calidad y su resistencia a las enfermedades locales.
Originaria de Sudáfrica como un experimento científico del profesor Jan Bonsma, la Bonsmara fue creada después de muchos cruces y retrocruces que consistían en cinco octavos de Afrikaner (tipo Sanga), tres dieciseisavos de Hereford y tres dieciseisavos de Shorthorn.
El nombre «Bonsmara» deriva de «Bonsma», el hombre que desempeñó un papel importante en el desarrollo de la raza, y «Mara», la granja en la que se criaron los animales.
Esta raza tiene un pelaje rojo y marrón uniforme, cuerno mediano, una ligera giba cervicotorácica en el toro y una buena conformación cárnica. Los animales nacen con cuernos, pero que deben ser descornados para cumplir con los estándares de la raza.
La altura media a la cruz en los machos adultos es de 123 cm. Peculiaridad: Los Bonsmaras se crían y seleccionan mediante un sistema que promueve eficazmente la eficiencia de las vacas.
Su longevidad porque son animales que trabajan entre 10 y 12 años.
Con un peso medio por res de 375 a 399 Kg. las vacas adultas pesan en promedio entre 500 y 550 kg y producen terneros con un peso promedio al destete de aproximadamente 230 kg cada uno.
Cada vez más criadores de ganado se quedaron impresionados por la productividad de esta raza adaptable y funcionalmente eficiente.
¿Cómo y por qué surgió esta raza?
La problemática y la idea de acción fue la siguiente:
«Si una vaca sufre mucho calor no engorda y produce poca carne. Como hasta ahora el hombre no ha hecho mucho para modificar el clima entonces habrá que pensar en cambiar los animales».
A esa conclusión llegó el zootecnista sudafricano Jan C. Bonsma, creador de la raza Bonsmara, una especie que se adaptó con éxito al duro clima africano y que es considerada como la precursora en el desarrollo de la industria de la carne en el continente africano.
A principios del siglo pasado se creía que la baja productividad de las tradicionales razas británicas como Shorthton, Hereford y Aberdeen Angus era consecuencia del magro contenido nutricional de los pastos sudafricanos. Los experimentos realizados por Bonsma en las estaciones de investigación Mara y Mesina, a partir de 1937, con vaquillonas de diversas razas británicas demostraron que esa creencia estaba equivocada.
Las pruebas demostraron que la baja productividad del ganado en las regiones tropicales y subtropicales no era un problema nutricional como se pensaba. Al contrario, demostraron que los animales que sufrían menor ‘estres climático’ mostraban la mayor productividad, es decir que el pelaje y la piel del animal juegan un rol relevante en el proceso de disipación del calor, lo que es de gran importancia para regular su temperatura en el ambiente.
A Bonsma se le ocurrió entonces demostrar que la proporción de cruzas necesaria para establecer una nueva raza que se adaptara a las condiciones áridas de África del Sur, era de un 5/8 Afrikaner, el ganado criollo sudafricano, y un 3/8 raza británica.
Después de varios intentos y pruebas, se llegó a la conclusión de que la mejor cruza sería 5/8 Afrikaner, 3/16 Hereford y 3/16 Shorthorn y así nació la nueva raza: Bonsmara.
¿Qué tiene de especial Bonsmara?
Su gran rendimiento en corrales de engorde de los Bonsmaras es muy económico, su temperamento es adecuado para el engorde y, como resultado, se produce una carne tierna de muy alta calidad.
Las carcasas se clasifican bien en el campo o en el corral de engorde, con altos porcentajes de rendimiento, deposición uniforme de grasa, marmoleo y una excelente relación músculo-hueso.
La vaca Bonsmara se caracteriza por su alta fertilidad, facilidad de parto y buena habilidad maternal, temprana madurez, excelente crecimiento a campo o a corral y sorprendente mansedumbre.
Su carne es muy buena para la comercialización ya que es de muy alta calidad, gran terneza y buen sabor.
Bonsmara en el mundo.
Además de su expansión por Sudáfrica y países vecinos del cono sur africano, la Bonsmara cruzó pronto el Atlántico hacia las grandes ganaderías extensiva de Sudamérica.
Los primeros embriones fueron exportados desde Sudáfrica a Brasil, semen y embriones de esta raza, para ser utilizados en diversos proyectos de cruzamientos. Hoy ya existen más cien criadores en diferentes puntos del país y de ahí pasó a Paraguay, Colombia, Uruguay y especialmente a Argentina, donde hay más de 3.000 animales puros, de pedigree, registrados, y donde se desarrolló un importante proceso de expansión de la raza principalmente en el Noroeste y Noreste del país, sobretodo en cruzamientos industriales produciendo heterosis máxima.
Carne y gastronomía.
Desde luego otro de los factores de éxito de esta ‘nueva’ raza es la altísima calidad de su carne que confirma que está a la altura de las británicas.
Su terneza y bonito color, con un alto grado de marmoreo, después del wagyu, es una de las que más tiene.
Además su rentabilidad en canal es también muy grande justo después d de la charolais (60%), con un 56%.
Es una carne tierna, muy jugosa y con agradables sabores dado que es ganado extensivo. En boca es muy golosas y de alta satisfacción por su grasa infiltrada por lo que sacia más que otras, como Le sucede al wagyu.
Sus empleos en gastronomía y cocina es similar a la de otras carnes bovinas cualificadas. En parrillas se empieza a emplear bastante en el cono sur sudamericano, sustituyendo al Angus, por su mayor marmoreo y jugosidad.
Apta por supuesto para steak tártares, carpaccios, tiraditos, cecinas etc. Su lomo y solomillo es extraordinario. Y sus sabrosas entrañas son empleadas como la de otras razas.
Su precio es algo alto, por ahora, pero su gran aceptación y difusión expansiva la hará más abundante y con ello se nivelará.
En España según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), ya han llegado los primeros ejemplares (891) a ganaderos que están haciendo las primeras experiencias.
Rafael Rincón JM