JERRY THOMAS, EL CREADOR DE LA MODERNA COCTELERÍA MUNDIAL

por Celso Vázquez

Tal como ahora la entendemos, como micología, mezclar diferentes bebidas alcohólicas, secas o dulces, siropes, jugos de fruta, especias y un montón de aditamentos para crear una nueva bebida o copa, un drink.

Pero no sabemos mucho de ello de sus creadores, de su historia, de sus anécdotas, etc. Yo al menos no. Y he sido bebedor ocasional de cocteles, en los 70 el Dry Martini y el Manhattan, , en los 80 el daiquiri y algún destornillador (screwdriver), en los 90 el Bloody Mary y  a veces un Bull Shot, en mañanas condespertares duros. En los 2000 ya sobre todo Pisco Sour y algún mojito. Y a partir de 2011 pocos muy pocos, algún Pisco Sour o Pisco Chilcano por mi filia a los restaurantes peruanos.

Y probar he probado cerca de varias decenas. Estuve y aprendi de grandes barmans españoles, como Ángel del Balmoral de Jacinto San Feliu, en Chicote y Te Cock, en el Ideal Scotch de Gotarda, Bastante, Del Diego, Miguel y María Boadas, de Llanos del Pepe’s bar, Carlos Moreno de Oclock, en el Dry Martini de Javier Muelas, de Diego Cabrera, Emilio Vivanco de Embassy, de  Joaquin o Fernando en Milford, y otros más que seguro me olvido.

Es decir tomar, cócteles, he tomado, no soy un gran forofo, pero no les hago ascos, en absoluto. Pero de su historia y cosas curiosas ni idea. Por lo que hoy quiero contarles la historia de un personaje, el primer ‘barman’ moderno’.

Con ello les dejo.

JERRY THOMAS EL BARTENDER MÁS FAMOSO DEL MUNDO

  «Autor del primer libro de cócteles. Creador del Cóctel Blue Blazer. Y su Receta».

Sin duda es considerado como el padre de la mixología moderna y el primer “flair bartender” de la historia. Es decir, el primer barman que hizo, del arte de combinar bebidas, todo un espectáculo.

Jerry Thomas nació el 30 de octubreen 1830 en la bahía de Sackets Harbor, estado de Nueva York. Aunque en su obituario el diario “The New York Times” lo fechó en 1832.

Fue conocido como “el Profesor”. Creador del primer cóctel flameado de la historia el «Blue blazer» que se componía solo de whisky y agua. Creador de la primer guía del Bartender en 1862 (año que se considera el año de la creación oficial de la mitología o coctelería) que contiene recetas de los clásicos y la descripción de como ser un buen Bartender.

Este auténtico precursor nació, en 1830, en la bahía de Sackets Harbor, Estado de Nueva York, U.S.A. En su fulgurante y aventurera biografía destacó por sus técnicas de manipulado y mezclado de bebidas alcohólicas, principalmente, que incluían juegos malabares con botellas, vasos y utensilios que fueron las primeras cocteleras.

También fue el primer barman del mundo en escribir un libro de cócteles, titulado “The Bon Vivant’s Companion or How to mix drinks” (“Cómo mezclar bebidas, o la Guía del Bon Vivant”) editado, como dije, en 1862.

En el que recogió 236 recetas de cócteles, recopilaba tanto la tradición oral de combinaciones clásicas, como otras de su propia creación. Con el devenir del tiempo y experiencia, Thomas, actualizó el libro varias veces con recetas nuevas que iba encontrando y creando en 1.876, un nuevo cóctel hito, para siempre,  el superfamoso durante más de ciento cuarenta y siete años , el ‘Tom Collins’.

Jerry, vivió múltiples aventuras antes de incursionar a trabajar profesionalmente tras una barra como barman. Siendo aún un adolescente, emigró a New Haven (Connecticut), donde aprendería el oficio de Bartender. Desde Connecticut se desplazó a California motivado por la fiebre del oro. Allí desarrolló diversos empleos, fue, entre otras cosas, marinero mercante, promotor teatral y hasta, además,  buscador de oro.

Pero en California no dejó de lado el gusanillo de lo que al final fue su vocación, alimentando el germen que llevaba dentro, ejerciendo ocasionalmente de Bartender y perfeccionando su técnica.

Y, con sólo 21 años, regresó cansado de tanto ajetreo, en 1851, volvió al Este estadounidense y se instaló en la emergente metrópoli de Nueva York, donde abrió su famoso Saloon, el primero de los 4 que dirigió a lo largo de su vida. Era bien conocido por sus espectaculares técnicas de mezclado.

Su cóctel estrella fue, sin dudas, el Blue Blazer, tan sencillo como efectivo e impactante. A menudo usaba muchos recipientes, vasos, jarras, botellas, utillaje habitual en un  bar de entonces, embellecidos con piedras y metales preciosos. Se dice que viajó por Europa llevando consigo un conjunto de herramientas y receptáculos de plata, bañados de ella o de aspecto plateado.

Mas, de corazón y carácter inquieto y espíritu apasionado y viajero, Thomas, comenzó un periplo casi continuo de viajes que le llevarían a trabajar como jefe de Bartenders en multitud de salones y hoteles repartidos por St. Louis, Missouri; Chicago, Illinois; San Francisco, California; Charleston, Carolina del Sur y Nueva Orleans.

Así forjó su leyenda a cada paso que daba y siempre acompañado de su instrumental coctelero embellecido con joyas y piedras preciosas. Su fama fue inmediata, destaco y se hizo tan grande que llegó a ganar 100 dólares a la semana (todo un dinero equivalente a un cargo político o ejecutivo de primerísimo orden) de aquella época.

En Nueva York era considerado un ciudadano muy notable, popular, reconocido, muy extravagante  ya que vestía de forma llamativa, disfrutaba de viajar y coleccionar arte, así como de competir en encuentros de ‘boxint’, a puño limpio.

Tras sus recorridos y estancias por los Estados Unidos, Jerry, decidió dar el salto a Europa, donde mostró todo su saber en mixología coctelera en diversos países del viejo continente, antes de volver a su querida Nueva York, donde se establecería definitivamente en 1.866.

Ya maduro,  se casó y tuvo dos hijas. Fue un personaje muy activo y todo un ‘soortman’, aficionado a los deportes. Curiosamente perteneció al club de los hombres más ligeros de la Asociación de Hombres Gordos» Fat man». También tenía un gran interés hortícola, en especial del cultivo de  calabazas, ‘pumpkins’.

Incluso su afición era tan intensa que llegó a convertirse en presidente del Club de la Calabaza, donde llegó a ganar un concurso anual,  tras cultivar el ejemplar de mayor tamaño y peso.

En sus últimos años, efectivos, intentó especular en la bolsa, pero sus malas decisiones lo llevaron casi cerca de la bancarrota y quiebra, obligándolo a vender su famoso Saloon y subastar su colección de arte.

Por fin a los 51 años trató de abrir un nuevo bar, pero fue incapaz de mantener su popularidad. Murió a la edad de 55 años, a causa de un ataque de apoplejía, el 15 de diciembre de 1885 en la ciudad de Nueva York.

Cuando falleció el reconocimiento fue unánime y universal y hasta el influente The New York Times, escribió:

        «Despídanse del más popular de su clase y el más conocido hombre de club de todos los tiempos. Por su pasión, su mayor legado».

Muchas técnicas que forman parte importante en el desarrollo de la coctelería son gracias a las publicaciones de Thomas y son la base de la profesión del bartender.

Recordemos sus otros dos grandes libros: ‘How To mix Drinks’ y ‘The Bartenders Guide’.

Es, pues, obligado agradecer a, Jeremiah (Jerry) Thomas, todo lo que hizo por el mundo del bar y decir que todos sus libros y cocktails vivirán para siempre.

El Blue Blazer

En 1.850 Thomas desarrollando su labor como jefe de Bartenders, a los mandos del salón de juego “El Dorado”, en San Francisco, fue la ocasión y lugar donde vio la luz el primer cóctel flameado de la historia: El ‘Blue Blazer’.

Su creación, hemos explicado, más emblemática y una de las más sencillas, fue este ‘Blue Blazer’ (Chaqueta Azul), considerado el primer cóctel de la historia elaborado con fuego, es decir flameado.

Se afirma que mientras Jerry Thomas estaba haciendo la bebida, el presidente Ulises S. Grant quedó tan impresionado que le dio un cigarro. Thomas le explicó que por lo peligroso de la técnica hacía ese cóctel sólo cuando la temperatura exterior era la adecuada, o si la persona que pedía la bebida tenía un resfriado o la gripe, con la finalidad de aliviarlo.

La receta:

  • 2 ½ oz centeno o bourbon whiskey (o brandy).
  • 2 ½ oz de agua hirviendo.
  • 1 cucharadita de azúcar en polvo.
  • Cáscara de limón.

Nada más.

Lo especial de la receta era la forma en que se mezclaban los ingredientes. Se necesitaban 2 jarras de plata, en una de ellas iba el bourbon whisky y en la otra el agua. Se prendía fuego al bourbon y se vertía en la jarra con agua, y así varias veces. Luego se añadía el azúcar, se servía en un vaso y se decoraba con la cascara de limón. Al pasar la mezcla de una jarra a otra (cuanto más separado, mejor) se creaba la característica y llamativa ráfaga de llama azul que impresionaba a los clientes

Rafael Rincón JM

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