MICHELIN, SU MUÑECO Y GUÍA. HISTORIA Y ANÉCDOTAS

por Celso Vázquez

Todos, la mayoría, de los aficionados gastronómicos conocemos la famosa empresa de neumáticos francesa fundada por los hermanos Édouard Michel y André Michelin el 28 de mayo de 1889, en Clermont-Ferrand, y creada para  neumáticos de bicicleta. Hoy toda una multinacional y una de las marcas de neumáticos más reconocida del mundo.

Y una de sus campañas de promoción. Desde primeros de siglo la compañía apoyo y promocionó a sus clientes posibles y presentes los conductores y viajeros en los primeros automóviles.

Su principal preocupación fue familiarizar al gran público con los nuevos y revolucionarios tiempos ‘mecánicos’ con nuevas carreteras por donde se desenvolbianvlos nuevos ‘cacharros’ o ‘coches sin caballos’, viajando, haciendo turismo o comerciando mercancías. Sobre ruedas con neumáticos.

Era necesario dar mucha, buena y positiva información sobre todo ello y como ejemplo de ello, Michelín, buscó un buen símbolo identificable creando como su mascota un muñeco, ‘Bibendum’, con un original aspecto, formado por neumáticos superpuestos (de color blanco como eran en la época. El color negro llegó más tarde, cuando se empezó a añadir carbono a la base de caucho con el fin de conferir mayor resistencia y durabilidad).

EL MUÑECO ‘BIBENDUM’

También, conocido como el ‘Hombre Michelin’, mascota y símbolo de la empresa de neumáticos Michelin. Se creó en 1898.

Todo empezó en 1894, cuando la empresa de neumáticos estuvo presente en la Exposición Universal y colonial de Lyon. Allí se colocó una pila de neumáticos en la entrada del puesto. Después de observarlo, Édouard Michelin le dijo a su hermano André: «¡Mira, con brazos, sería un hombre!» (‘Regarde, avec des bras, cela ferait un bonhomme!’).

Cuatro años más tarde, André conoció al diseñador francés, Marius Rossillon, popularmente conocido como ‘O’Galop’, Este le mostró un cartel, inédito, de promoción para una cervecería de Múnich Este mostraba en imagen un hombre sosteniendo un gran vaso de cerveza bajo la frase «Nunc est bibendum» (Ahora es el momento de beber). André sugirió a O’Galop que sustituyera al hombre por un individuo hecho de neumáticos. Así nació el famoso personaje representativo de la marca Michelin.

El primer bosquejo fue lanzado en abril de 1898; una gran figura hecha de neumáticos sostiene un vaso lleno de cristales rotos y clavos. Junto a él vemos a los otros invitados que se «desinflan». Al lema «Nunc est bibendum», le acompaña un «A su salud» (A votre santé) «Los neumáticos Michelin se tragan los obstáculos» (Le pneu Michelin boit l’obstacle!). Michelin utilizará este cartel durante quince años lanzando diferentes versiones.

Bibendum tuvo una gran aceptación y desde entonces, Michelin y O’Galop comenzarían una larga y fructífera colaboración, siendo el primer cartel publicado en la prensa en 1899. Poco a poco, con el apoyo de una serie de carteles entre 1901y 1913, el muñeco fue ganando en movimientos, perfeccionándose morfológicamente y aceptado con simpatía por el gran público.  Su popularidad, la de Bibendum, comenzó a crecer y llegó a ser adoptado como la marca publicitaria más identificable y reconocida de los neumáticos franceses.

En esos principios, Bibendum, es representado con gafas y con un puro en la boca (símbolos de éxito). También solía aparecer con un cuchillo sobre sus competidores ensangrentados, pero este enfoque pronto se dejó de lado rápidamente, por la cruel Gran Guerra, desarrollando una publicidad más pacífica.

A finales de la década de 1900, el muñeco empieza a estar presente en todos los grandes acontecimientos y actividades deportivas relacionados con los neumáticos. Subido en vehículos publicitarios, Bibendum, hace presencia en circuitos automovilísticos, en el ciclista Tour de Francia o en los desfiles populares de carnaval en Niza y París.

En cuanto a los datos informativos la Compañía, en1908, cuando se creó la primera oficina de turismo, estuvo presente con su Bibendum,  que se hace omnipresente en la prensa y en diversas obras publicadas (guías, mapas, rutas, folletos, postales…).

Todo ello hizo que su imagen comenzara a conocerse más allá de Francia. En 1927, se le podía ver en talleres, en los coches, en los hogares y en forma de chocolate para los niños. Sin embargo, en 1930, la compañía frenó este crecimiento, y limitó el uso de Bibendum a los mapas y guías de viaje. Durante la década de 1960, Bibendum se adaptó a los nuevos tiempos y modernizó, dejando de fumar su cigarro y estlizó su figura perdiendo peso.

El aspecto de Bibendum fue cambiando drásticamente a lo largo del tiempo sufriendo una verdadera metamorfosis. A partir de 1963, y a lo largo de la década de 1970, Michelin organizó juegos de playa con animadores disfrazados de Bibendum. Bibendum siguió siendo el embajador ideal para promover neumáticos, mapas de carreteras, guías turísticas o las guías de hoteles por todo el mundo.

El nuevo Bibendum

Para celebrar el centenario de su ilustre mascota, un nuevo logotipo fue presentado en 1998 bajo la dirección de Edouard Michelin. El hombre Michelin ha perdido parte de sus curvas y su silueta es ahora más delgada. En 2000, Bibendum fue nombrado el mejor logo de siglo por un jurado internacional.

El centenario de 1998 también vio la creación de la Michelin Challenge Bibendum, que se celebra cada año.

A partir de 2009, se desarrollaron anuncios de televisión animados con el protagonismo de Bibendum.

Bibendum hizo una breve aparición en la serie Astérix, como un comerciante de carros (se utilizó a la mascota del guerrero galo de la empresa Antar.)

La banda francesa de ska Tryo, compuso una canción sobre Bibendum en su álbum Grain De Sable. ‘Monsieur Bibendum, il est vraiment énorme / Monsieur Bibendum, le bonheur en personne’ (Señor Bibendum, es realmente enorme, Señor Bibendum; la felicidad en persona’).

En Logorama, animación ganadora de un Oscar en el año 2010, el muñeco de Bibendum encarna a los policías, al sheriff y a un escuadrón de SWAT que luchan para capturar a un violento criminal representado por Ronald McDonald.

En España la mascota Bibendum ha provocado que se use el término de la marca, «Michelín», como sinónimo para lorza: pliegue de gordura que se forma en alguna parte del cuerpo, especialmente en la cintura: » cuida esos michelines…».

Tiene incluso su propia categoría en la Guía MICHELIN: el Bib Gourmand, distintivo con el que se reconoce a los restaurantes que destacan por su buena relación calidad/precio.

Así es la historia de este fascinante personaje del que recordamos algunas curiosidades…

En sus inicios, la imagen de Bib era un poco tétrica  e incluso podía dar hasta un poco de miedo: su aspecto recordaba al de una momia y se le solía ver brindando una copa llena de clavos y cristales rotos acompañado de la inscripción latina ‘Nunc est bibendum’ , es decir “es momento de beber”. La copa era una referencia a una frase pronunciada por André “los neumáticos MICHELIN se beben los obstáculos” y una metáfora de su robustez y resistencia a los pinchazos.

En los primeros días de su vida, Bibendum llegó a ser representado como gladiador, boxeador, ágil bailarín de salón (en Italia) y hasta como un sibarita mujeriego aficionado a los puros y la cerveza, guiño este último destinado a las clases pudientes, las únicas que por aquel entonces podían permitirse el lujo de comprar un coche.

En la década de 1920, sin embargo, se moderó un poco y su imagen se hizo más refinada y familiar: dejó de beber y hasta empezó a hacer deporte (hubo anuncios en los que corría y montaba en bicicleta), gracias a lo cual perdió peso y su silueta se hizo más atlética. En un cartel de principios del s. XX se lo ve ayudando a una familia con una rueda pinchada, dándole una de la suyas (la mejor y mayor de todas ellas).

Tiene su propia mascota cuando no hace mucho, Bibendum, era protagonista de unos anuncios destinados a la televisión estadounidense. En ellos se lo veía en compañía de un perrito parecido a él: se trata de ‘Bubbles’.

Curiosamente es ‘mudo’, ya que la única vez que Bibendum ha hablado en público fue en diciembre de 1898 con ocasión del salón de la rueda de París: André Michelin mandó instalar en su stand una gran silueta de Bibendum en cartón y contrató a un actor para que le diera voz con una “elocución perfecta”, “rapidez e ingenio en las réplicas” y “sentido del humor sin vulgaridad”. Parece que el espectáculo congregó a tal muchedumbre, que la policía tuvo que intervenir para restablecer el orden.

Sin embargo a principios de este siglo, no  cuando los anuncios de Bibendum se hacen omnipresentes, el personaje opta por el mutismo más absoluto. Se trata de una decisión deliberada de la agencia de publicidad Campbell-Ewald. “Su silencio es una elección artística, Bibendum es un personaje fuerte y silencioso”, declaraba John Stewart, su director creativo.

Es tan popular que hasta tiene muebles diseñados a su imagen, ya a principios del XX, la diseñadora modernista, Eileen GRAY, creó un envolvente sillón bautizado con el nombre de “sillón Bibendum”, que hoy en día se sigue considerando una de las creaciones más icónicas del diseño del s. XX.

En Londres existe un restaurante, inaugurado en 1986, que le rinde homenaje, en el barrio londinense de Fulham nace de la asociación de dos figuras señeras de la restauración británica: sir Terence Conran y lord Paul Hamlyn, quienes se unieron para adquirir la Michelin House, un edificio de estilo art decó construido expresamente para acoger la sede de la compañía desde 1911 hasta su traslado en 1985. Su fachada era una especie de escaparate de neumáticos destinados a ser vistos por los automovilistas que pasaban por delante. Hoy, los comensales son recibidos por los mismos suelos de mosaico en los que se ve a Bibendum sosteniendo una copa llena de tuercas, tornillos y otros peligros y por las espectaculares vidrieras en las que aparece caracterizado como boxeador o como ciclista fumando un puro. Como era de esperar, el restaurante, ahora rebautizado con el nombre de Claude Bosi at Bibendum, figura en la edición 2021 de la Guía MICHELIN Reino Unido con dos estrellas MICHELIN.

Hoy en día  es indudable que ya es uno de los símbolos comerciales más reconocidos del mundo que ya supera mucho más de un siglo sigue manteniéndose tan vigente como el primer día. No es solamente el símbolo universal de una marca de neumáticos es también un icono de la cultura popular que ha trascendido LA GUÍA MICHELIN

Las grandes obras o logros de la vida no son como son desde el principio sino que han ido cambiando con el curso de la historia.

Así la Guía MICHELIN no empezó siendo la guía de referencia en que se ha convertido hoy en día. De hecho, sus orígenes fueron bastante más humildes.

La pequeña guía de tapas rojas se concibió como un incentivo complementario y útil para invitar a los automovilistas a lanzarse a las carreteras.

El término guía Michelin hace referencia a una serie de guías turísticas publicadas anualmente por la editora francesa Michelin Éditions du Voyage y sus filiales en otros territorios para más de una docena de países. Más comúnmente, la expresión se refiere a La guía Michelin, que es la más antigua de las guías europeas de hoteles y restaurantes.

Su origen está en el Macizo Central francés, en la ciudad de Clermont-Ferrand, en el centro de Francia. Todo empezó, como comentamos antes, en el año 1889, cuando los hermanos André y Edouard Michelin fundaron la empresa de neumáticos que lleva su nombre, con una decidida voluntad de apoyar, divulgar e informar de las ventajas de la incipiente industria automovilista, y animados por su desarrollo en el país galo, que contaba por aquel entonces con menos de 3.000 vehículos.

Para apoyar el desarrollo de dicha industria y, al mismo tiempo, el desarrollo del grupo Michelin, decidieron proporcionar a los automovilistas una pequeña guía que facilitase el viaje.

Así surgió la famosa Guía MICHELIN, cuya primera edición apareció en Francia, en agosto de 1900. En su introducción, André Michelin escribió: “Esta obra aparece con el siglo y durará tanto como él”.

La guía incluía un gran número de informaciones prácticas: mapas, instrucciones para cambiar una rueda, dónde repostar y, afortunadamente para el viajero que necesitara reponerse de las aventuras del día, un listado de lugares en los que poder comer y alojarse. Durante veinte años, toda esa información se publicó de forma gratuita.

Hasta un día en el que se produjo un importante hecho, hoy convertido en toda una anécdota. André Michelin, al acudir a un taller de neumáticos, descubrió que sus preciadas guías estaban siendo usadas como calzas para un banco. Así que partiendo de la idea de que “el hombre solo respeta de verdad aquello por lo que paga”, en el año 1920 se lanzó una nueva Guía MICHELIN a un precio de 7 francos y por primera vez aparecen en ella restaurantes

Lo cual fue bien recibido y sirvió para valorizar su trabajo y efecto. Con los años se empezaron a incluir nuevos y más completos datos. En la guía de 1923 apareció la rúbrica “Hoteles y restaurantes recomendados». Era la primera vez que se citaban restaurantes particulares independientes pues, hasta entonces, solo se mencionaban restaurantes de hotel.

Conscientes del creciente interés que suscitaba la sección de restaurantes de la guía,a los hermanos Michelín se les ocurrió que una buena forma de distinguirse y la mejor manera de avanzar en vanguardia era personalizar su información, para ello reclutaron un equipo de misteriosos comensales, quienes hoy en día se conocen como «inspectores», para que visitarán, pagarán y valoraran de forma anónima los restaurantes.

El éxito fue inmediato. En 1926 la guía comenzó a valorar con estrellas (una, dos y tres) como símbolos cualificativos de la calidad de los establecimientos de restauración, visitados, aunque inicialmente solo se adjudicaba una estrella. Cinco años más tarde, se estableció la jerarquía de una, dos y tres estrellas y en 1936 se publicaron los criterios aplicados para la concesión de dichos galardones.

En la actualidad la Guía MICHELIN se ha convertido, seguramente, en el primer referente mundial en el campo de la restauración gastronómica, gracias a su compromiso constante con los lectores y a su riguroso proceso de selección, que es aplicado en todo el mundo de manera independiente.

Una selección que realizan inspectores anónimos, profesionales con una excelente formación que aplican los mismos métodos de trabajo en todo el mundo.

La misión del grupo Michelin, contribuir a una mejor movilidad, que presidió la creación de la guía, constituye el ADN de la marca Michelin, reflejada en su eslogan “La mejor forma de avanzar”.

LA PRIMERA GUÍA MICHELIN ESPAÑA

En 1910, tan solo una década después de que apareciera la primera guía en FRANCIA.

Se editó la primera guía Michelin de España y Portugal. Lo hizo con tapas amarillas y letras en rojo, de la que se editarían menos de 1.000 ejemplares. Una cifra nada desdeñable si tenemos en cuenta que en ese año apenas había 3.950 vehículos matriculados en España.

La Primera guía Michelin de España y Portugal contaba con 164 páginas en las que se listaban 61 hoteles seleccionados de entre las 129 poblaciones españolas, las 23 portuguesas y las 7 francesas que se podían atravesar siguiendo los mapas de carretera de la guía.

No fue hasta la edición de 1927 cuando los restaurantes comenzaron a aparecer separados de los hoteles y, hasta la de 1929 cuando se incorpora la clasificación de estrellas como símbolo de calidad gastronómica en la guía de España.

EL ‘BIB GOURMAND’

Como novedad el Bib Gourmand vio la luz por primera vez en 1997 en sustitución del identificador anterior, compuesto por una R (de Recomendado) de color rojo, que venía utilizándose desde 1955.

El Bib Gourmand (Bib es el diminutivo de Bibendum, la rolliza mascota de Michelin) se otorga en base a la relación de una cocina de calidad a precio moderado. En la mayoría de los países europeos el límite está fijado en un menú inferior a los 35€

A nadie se le escapa que la Guía Michelin tiene un gran peso en el mundo gastronómico. Resulta, cuanto menos curioso, que una marca de neumáticos haya llegado a tener tanta importancia dentro del mundo de la gastronomía, sin embargo, no es fruto de la casualidad, y da buena cuenta de ello el gran equipo humano que está detrás de la elaboración de esta publicación.

En ella también podremos encontrar valoraciones de hoteles, algo que perdura desde sus inicios. Así que, para resumir, y si aún se pregunta en qué consiste la Guía Michelin, no es otra cosa que un listado con los mejores restaurantes y hoteles de las zonas en las que se edita, en el que se incorporan críticas y valoraciones realizadas por expertos que siguen los mismos criterios en cualquier parte del mundo.

RESPALDO Y ENCUMBRAMIENTO

Hoy tener estrellas Michelín garantiza a un restaurante trabajo y éxito, atrayendo a un número de visitas, mesas, comensales, de gran poder adquisitivo y entendido así como de foodies esnobs de todo el mundo al estar entre las pastas rojas.

Por ello son tan deseadas por la inmensa mayoría de los chefs y propietarios. No existe aún un respaldo mejor que ser un estrellado Michelín.

Rafael Rincón JM

con datos de Michelin, Facefoodmag.com y Michelín Guide.

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